La Fe.
Lo sabe el Padre Carlos Yepes. Lo sabe cada día, cada hora de su vida. La Fe lo sostiene en cada paso que da. No es una fe fundada en la costumbre cotidiana, es una fe madurada en la profunda comunión con Dios. Es un Instrumento de lucha contra el mal, es su aliento divino.
La fe es esa puerta que introduce la comunión con Dios y permite la entrada a su Iglesia. Cruzar el umbral de esta puerta e iniciar el camino de la fe es posible «cuando se anuncia la Palabra de Dios. El corazón se deja moldear por la gracia que transforma» (Carta apostólica Porta Fidei, n. 1).
Como Cristianos , portadores de nuestra Iglesia, tenemos el deber de anunciar a Cristo. En un mundo que vive en rodeado y apaciguado en tinieblas. Un arrogante orbe que piensa estar en la luz.
Cada uno de Nosotros como Cristianos vivos estamos llamados al frente para renovar nuestra fe.
Es nuestra obligación dar testimonio de ella. «No podemos aceptar que la sal se vuelva insípida y la luz se mantenga oculta» (cf. Mt 5, 13-16).
La luz Cristiana que estamos llamados a difundir es una llama constituida no solo por palabras. Es nuestro fuego encendido sobre el altar de las obras. Nuestro trabajo esta hecho por fe y por amor a Jesús. Su valor se asienta sobre hechos más que muchas palabras. Nuestras enseñanzas están respaldadas por acciones reales y validas.
El cristiano es como una lámpara encendida que está encima de la lámpara, de modo que «ilumina a todos los que están en la casa» (Mt 5, 15). .
«Brille tu luz delante de los hombres, para que vean tus buenas obras y den gloria a tu Padre que está en los cielos» (Mt 5, 16).
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