San José, ruega por la Iglesia
Cuan grandes son los atributos de San José para que el papá Pio IX lo declarara en 1870 como patrono de la Iglesia Universal. En su regazo nos acogemos porque sabemos que cuida de nosotros con la misma pasión, entrega, dulzura, cariño y amor, que hizo con Jesús y María.
San José, aquel hombre soñador y dócil al llamado de Dios, entiende los sueños de una humanidad que sufre, y a la cual se le dificulta entregar las riendas de su vida porque confía mucho en sus fuerzas. Él, que supo dejar sus sueños por los sueños de Dios nos orienta cómo podemos proceder frente a nuestras limitaciones. Esas que no sabemos como gestionar, pues en medio de tantas preguntas y caminos por seguir se puede caer en la tentación de tomar el que “socialmente” es más aceptable. San José pudo repudiar a María, pero elogio callar y acoger en su corazón la propuesta de Dios. ¿Qué te está pidiendo hoy el Señor que se salga de la esfera de lo común e implique un acto de fe de tu parte’
Como miembros de la iglesia estamos llamados a acoger los cuidados de José que nos acompaña a ser valientes en medio de nuestros miedos. Nos convoca para que nos aventuremos a hacer la voluntad de Dios sin pensar en la estructura de los planes que tenemos establecidos; se requiere un abandono tal, que las obras hablen por sí solas. Por eso, como iglesia, estamos llamados a actuar, y muchas veces, hacerlo en silencio.
Que el patronazgo de San José sobre la Iglesia Universal nos motive a no perder la esperanza y nunca dejar de soñar. Que podamos tener los pies en la tierra con la mirada fija en el cielo, conscientes de la determinación que se necesita para hacer grandes obras guiadas por el Espíritu Santo.
