¡Feliz día, Mamá!
Ser madre es nutrir con amor el jardín del corazón de los hijos, es sembrar esperanza en los momentos de desierto, es arropar con dulzura la fragilidad de las dudas, es pronunciar palabras dulces como bálsamo para sus oídos, es inclinarse con un abrazo ante la realidad inminente que genera vulnerabilidad, es elevar siempre una plegaria en acción de gracias por la vida confiada de los hijos, y el ruego potente por la protección de sus almas.
Ser madre es dibujar sonrisas con la simpleza de la calidad del tiempo compartido, ser madre es ver en el reflejo de los ojos el grito de auxilio que callan cuando no quieren preocuparte, es demostrar a tiempo y a destiempo que cuentan contigo, es leer silencios, interpretar emociones, traducir gestos.
Ser madre es un título de vida, no hay cartón que demuestre si has hecho maestría o doctorado, porque desde el minuto cero siempre hay un crecimiento inesperado.
La maternidad fue soñada por Dios, incluso, Él mismo quiso encarnarse en la naturaleza humana a través del vientre de María, y hacer de la maternidad el don de ser co-participes con regalo de la vida.
Dicen que el amor de una madre es el más parecido al amor de Dios, es un amor genuino, gratuito, incondicional, abnegado, prudente, oportuno, detallista.
El amor de madre sufre en silencio, no se cansa de esperar cuando hay ingratitud, lo deja todo por salir tras la oveja descarriada, se esmera por atender los asuntos de sus hijos a fin de celebrar los triunfos y/o ayudar a cargar el peso de sus cruces.
El amor de una madre es el puerto seguro en medio de los cambios y desafíos del mundo. Es un amor tan fuerte que, como una roca, resiste toda tormenta y te acompaña hasta que nuevamente florezca el jardín
El mayor legado de una madre es el camino de fe que presenta a sus hijos. Ellas saben que, consagrando a los tesoros, que han sido confiados a ellas, al dueño y dador de vida, tendrán asegurado el camino que conduce al Cielo.
En este Día de la Madre, celebremos el amor y la fuerza incomparable de nuestras madres. Gracias Dios por ellas, por todo lo que han hecho. Hacen y seguirán haciendo, y sigamos honrando su huella con cada paso que damos en la vida. ¡Feliz Día de la Madre a todas las madres del mundo!
