Comunicado a la Opinión Pública
Ante la entrega de información dada en el día, 25 de agosto, por la Arquidiócesis de Medellín, por orden de la corte constitucional y en la que se mencionan los nombres de varios sacerdotes investigados por abusos a menores de edad, deseo informar lo siguiente:
1. He sido denunciado falsa y mediáticamente por el Periodista Juan Pablo Barrientos, expulsado del Seminario Mayor de Medellín, quien maliciosamente ha fabricado en mi contra, varios informes periodísticos difamatorios, prevalido de mi notoriedad pública por la evangelización en las redes sociales.
2. Presenté en su momento ante la Fiscalía, tres denuncias penales por injuria y calumnia agravadas contra el periodista, quien a través de maniobras dilatorias, ha buscado eludir la acción de la justicia, para que no avancen en su contra dichos procesos.
3. Afirmo categóricamente que en mi contra no existe dentro de la justicia ordinaria ningún proceso penal vigente. Lo repito: ¡No existe ningún proceso penal vigente!, porque los mismos se han cerrado y archivado.
4. Nunca fui suspendido canónicamente por el Papa Francisco, como lo afirmó falsamente el periodista, para dar sensacionalismo a su noticia. Simplemente se tomó de manera local, una medida cautelar de suspensión del ejercicio del ministerio, mientras se adelanta la investigación canónica. No se trata ni mucho menos de una condena, sino de una medida preventiva, que la iglesia usualmente adopta en estos casos.
5. El proceso canónico que investiga mi caso particular está muy adelantado y las pruebas allegadas y los testimonios presentados, que pido hacer públicos, dan cuenta de la falsedad de los denunciantes y la rectitud y limpieza de mi obrar pastoral y sacerdotal.
6. Respetuosamente pido celeridad a la autoridad eclesiástica, para que falle en justicia mi caso, después de haber transcurrido cuatro años y medio desde la primera calumnia mediática, que refuté en su momento, de manera pública y directa.
7. Más allá de algunos casos aislados de abuso de menores, por parte de clérigos que deploro y rechazo categóricamente, pongo en alerta a la comunidad católica, a la opinión pública y a los medios de comunicación, sobre la estrategia mal intencionada del citado periodista, que busca hacer dinero y alcanzar fama, a través de una campaña sistemática de calumnias repetidas para desprestigiar a la Iglesia, acosando y acusando sacerdotes y obispos. ¡La libertad de expresión, no es libertad de difamación! ¡La libertad de opinión, no es libertad de agresión!
8. Es irónico que el Perseguidor de la iglesia, pose de perseguido; el victimario de sacerdotes funja de víctima y el censurador de obispos, se diga censurado.
9. Hoy se pretende presentar la Iglesia católica como el conveniente “chivo expiatorio” de delitos vergonzosos: Se le humilla, se le excluye, se denigra de ella. Hoy hay una nueva persecución contra los cristianos: ¡En Oriente es la persecución de sangre y muerte! ¡En Occidente es la persecución moral por la acusación difamatoria y el apedreamiento público! Sin embargo, hay que tener esperanza y leer los signos de Dios en la historia: ¡No en vano, la Iglesia siempre ha crecido en tiempos de persecución!
Video oficial del comunicado del padre Carlos Yepes