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Toda oración vale para Dios

 

Oro por ellos

Por: Nidia María Vargas Rendón

“Padre santo, cuida en tu nombre a los que me has dado, para que sean uno como nosotros”.
Juan 17-11

Lo mejor que podemos hacer por nuestros seres queridos además de amarlos entrañablemente, es orar por ellos.

La oración frente al altar, en la Eucaristía, por nuestros seres amados, los más cercanos, los más lejanos o los que pasan por nuestro lado, nos da la posibilidad de ayudarnos a crecer mutuamente en la fe. Nuestros seres queridos, los que están en la tierra aún con nosotros y los que ya gozan del cielo protegidos por la misericordia de Dios y las manos maternales de María, deben ser una razón para nuestros rezos y oraciones diarias.

El mejor regalo que les podemos dar, es llevarlos con nosotros al altar, así ellos no crean, no puedan o no quiera; nuestra oración amorosa, humilde, fervorosa, constante y confiada es la que los cuida, los protege y los enruta hacia el camino de la Verdad. No desfallezcamos, en esta bella tarea, misión que nos ha encomendado Dios, orar por todos, así como Jesús oró por nosotros al Padre.

Oración - padre Carlos Yepes

 

Nuestros Padres, hijos, hermanos, nietos, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, conocidos… todos caben en ese pequeño pero poderoso Altar, donde el sacerdote nos recuerda día a día, la presencia de un Dios vivo, que nos quiere a todos unidos como hermanos.

Danos Señor el impulso y la fuerza para hacer que la oración por nuestras seres queridos sea cotidiana; que cuando sintamos el desaliento, la pereza o quizás, los asuntos de la vida nos distraigan, podamos sacar un espacio del día para ir ante tu presencia y los pongamos en tus manos; que podamos ofrecerte en la eucaristía a los que nos diste por familia, pedirte por sus necesidades, luchas, proyectos, que confiemos firmemente, que poco a poco, tú nos vas a acercar para que seamos Uno ante Ti; dándonos a todos la posibilidad de que te agradezcamos los triunfos, ofrezcamos los fracasos y que los dolores sean puentes que nos acerquen más a tu amor y a tu misericordia.

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