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Enseñanzas de San José – día séptimo

Enseñanzas de San José

Promueve la paciencia frente a los desafíos

La vida de San José no estuvo exenta de dificultades.

La huida a Egipto, el regreso a Nazaret después de la muerte del rey Herodes, las tensiones sociales que pudieran haber surgido por la concepción de María. Sin embargo, San José nunca mostró desesperación, ni impaciencia.

Al contrario, su fe, su silencio, su oración y su paciencia fueron profundas, y en ellas encontró la valentía y fortaleza para cumplir lo que Dios le había encomendado.

Propósito para hoy

El ejemplo de San José te enseña a mantener la calma y la confianza en que el Señor te guiará, incluso cuando el camino sea incierto.

San José, protector de los trabajadores, te pido que bendigas mi labor y me des sabiduría y paciencia en todas mis tareas. Amén.

Rosario a San José

Contempla los ocho misterios:

1. El anuncio del ángel de que lo concebido en María es obra del Espíritu Santo.
2. La búsqueda de posada en Belén.
3. El nacimiento del Niño Jesús en Belén.
4. La presentación del Niño Jesús en el templo, ofreciendo un par de tórtolas o dos palomas.
5. La huida a Egipto con Jesús y con María.
6. El regreso de la Sagrada Familia a Nazaret.
7. Jesús perdido y hallado en el templo.
8. La gloriosa muerte de San José, en brazos de Jesús y de María.

Cómo rezar el Rosario

Se menciona el misterio y se reza 7 veces entre cada misterio (en honor a los siete dolores y siete gozos de San José) lo siguiente:

V/ San José, custodio de los sagrados de Jesús y de María.
R/ Inflama mi corazón para que en él solo reine, Jesús, como reinó en tu santo corazón.

En lugar del Gloria: se reza

V/Jesús, José y María,
R/ Les doy el corazón y el alma mía.

Al final del rosario, rezar tres veces:
V/ San José, patrono de los devotos de los Sagrados Corazones de Jesús y de María
R/ Ruega por nosotros.

Oración Final

Glorioso patriarca San José, cuya intercesión, sabe hacer posibles las cosas imposibles, ven en mi ayuda en estos momentos de angustia y dificultad. Toma bajo tu protección las situaciones tan serias y difíciles que te encomiendo, a fin de que tengan una feliz solución. Mi bien amado Padre: toda mi confianza está puesta en ti. Y, dado que lo puedes todo ante Jesús y María, muéstrame que tu bondad es tan grande como tu poder. Amén

 

 

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