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Especial Santo Rosario

¿Por qué rezar el Rosario?

Los invito a que meditemos sobre las bendiciones, y las grandes bondades que trae orar a María, con el santo Rosario.

El Rosario es tan antiguo, que se tiene datación del año 800, cuando el pueblo sencillo, que en su mayoría era analfabeta, (no sabía leer ni escribir), en vez de orar con la Biblia leyendo, lo hacían simplemente el llamado salterio, reemplazando la lectura orante de los salmos por una avemaría.

En total 150 avemarías, por los 150 salmos de la sagrada Biblia. Han pasado los siglos y más allá de una recopilación histórica, en este espacio de tiempo, cuando hemos aprendido a contemplar la vida de Jesús: en su infancia, misterios de gozo, la vida de Jesús en su ministerio público, los misterios o consideraciones de luz, la vida de Jesús en su pasión y muerte, misterios de dolor, y la vida triunfante y gloriosa de Jesucristo más allá de la muerte, los misterios de gloria.

Aprendemos al deslizar, al desgranar, cada una de las aves marías a contemplar al mismo Jesús, con los ojos de María.

No en vano, el gran Papa san Juan Pablo II, afirmaba: “para mí el Rosario es la síntesis del Evangelio, es mi oración predilecta, en ella contemplo los grandes misterios de la vida de Jesús, con los ojos de María”. No en vano, este gigante, Juan Pablo II, ahora Santo, consagró todo su pontificado a la Virgen con esa bella y tierna expresión: “Totus Tuus”, todo tuyo María.
En este mes de la Virgen, que oremos el Rosario encontremos en él cinco grandes bendiciones para nuestra vida:
La primera: el Rosario nos permite estar unidos en el hogar, no me pregunten, ¿Cuál es la razón profunda?, cada uno descúbrala. Pero he encontrado, de manera muy llamativa, que muchos matrimonios y familias, que viven a veces verdaderos conflictos que duran en el tiempo, con ocasión de empezar el hábito diario del Rosario, han ido con el paso de las semanas y de los meses, serenando su espíritu, aquietando su alma, perdonando ofensas, volviendo a la unidad.
No es en vano, la famosa campaña mundial del padre Peyton en Nueva York, hace más de 50 años, en la década de los sesenta, cuando pidiendo a las familias que oraran con el santo Rosario, afirmaba esta frase que todos conocemos: “familia que reza unida permanece unida”.
No nos dejemos dividir, ¡ojo!, a las personas cizañeras, ¡ojo!, aquellos a quienes se pasan la vida acusando, sembrando cizaña, veneno, suspicacia sobre los demás; se da en las familias estos cizañeros, se da las empresas, se da los medios de comunicación social, se ve en el círculo de las amistades, se dan en los gremios laborales, y profesionales.
Desconfía de una persona, que, en vez de proponer el bien, simplemente acusa, y desde su acusación, quizás esconde muchas oscuridades de su corazón, por eso hoy te invito hacer el Rosario y nos tendrá unidos en tu matrimonio, en nuestras familias, en nuestra comunidad parroquial, en nuestra comunidad eclesial.

Pero hay una segunda bendición del santo Rosario: es que cuando lo oramos, él da paz. Un Rosario bien hecho, aquieta las olas tempestuosas del alma, serena el espíritu, es una dulce paz a la manera de Jesús, cuando afirma: “La paz les dejo, mi paz les doy”, y a renglón seguido, hace una aclaración, “No doy la paz como la da el mundo”.
La paz de Jesús por María, o a través de María por su intercesión en el santo Rosario, es una paz que muchos hombres y mujeres de nuestro tiempo, hoy no conoce.
Hoy, te invito para que hagas el Rosario, pidiendo la unidad en tu hogar uno, pidiendo paz en tu corazón, y las relaciones humanas que tengas, hazlo con devoción, trata de no distraerte mucho, y créeme, verás grandes bendiciones en tu vida.

Pero hay un tercer regalo del Rosario: cuando lo hacemos de manera seria, el Rosario alegra, genera gozo en el espíritu; hay las alegrías del mundo: comer y beber, comprar y vender, dormir y pasear, ver una película, son las alegrías del mundo.
Pero hay las alegrías de Dios, las alegrías profundas, las alegrías que nos vienen solo de experimentar a Dios en el corazón; no es vano, la expresión del apóstol Pablo cuando nos exhorta reiteradamente: “estén alegres en el Señor, os lo repito estén alegres en el Señor”
Quien tiene a María verdaderamente, tiene a Jesús, porque María es la llena de gracia, es la llena del espíritu de Jesús y cuando uno vive Jesús-mente, cuando uno experimenta el amor del Señor en el corazón, hay una alegría que difícilmente podrás encontrar en cualquier otra realidad de la vida, ¡Qué bello es el Rosario!

En una cuarta bendición: el Rosario consuela, el Rosario fortalece, la vida está llena de aventuras, la vida está llena de momentos que jamás pensamos que podíamos vivir, y todo lo permite Dios para nuestro bien, para nuestra santificación. De hecho, cuando hay cruces, nunca olvidemos que Jesús en tres oportunidades, invita a su seguimiento, negándonos a nosotros mismos y cargando la Cruz de cada día.

Hoy, si sientes que la Cruz te pesa, como decía el gran mariólogo san Bernardo: “invoca a la estrella, mira a María”, Ella es puerto seguro, cuando navegamos en noches oscuras, y en mares tempestuosos, Ella es, “Cirineo”, permíteme la expresión, que te ayuda a llevar con paz y fortaleza tu cruz de cada día.
No reneguemos de la Cruz, recuerda lo que decían los santos: “no hay cielo sin Cruz”.
Aprendamos a llevar nuestra cruz de cada día, confiados amorosamente en María, quien estuvo con Jesús crucificado, Ella, apoyándole, fortaleciéndole espiritualmente a su lado, en el momento definitivo de su obra redentora.
No reneguemos, y por el contrario, en el Rosario encontremos, fortaleza y consuelo, para llevar las pruebas y las cruces de la vida.

En una quinta palabra y final, te invito a que cada día que lo ores, le pidas al Señor por intercesión de María, en tu Rosario, que te de discernimiento, que te de sabiduría, para saber tomar las mejores decisiones para tu vida, y para la vida de tu familia.
Recuerda que nuestra vida, es la sumatoria de decisiones acertadas o equivocadas del pasado, y nuestro futuro es la sumatoria, de esas decisiones acertadas o equivocadas de nuestro presente.
“El pasado no lo puedes cambiar, pero en el presente toma una decisión adecuada”.
Doy gracias al Señor por el ¡Sí!, responder en la evangelización a todas las personas y a través de medios digitales, cuando fundamos la productora, “Amén Comunicaciones”.
Esas decisiones hoy dan fruto, en los sacerdocios de muchos hombres que son fecundos para las almas, y en obras de evangelización en medios digitales, que hoy hacen tanto bien a las personas.

Hoy, también pidámosle al Señor, tomar decisiones acertadas en este presente, para vivir bien el futuro, tener la sabiduría y el discernimiento. Con María y de su mano, no hay engaño del maligno, no nos dejamos seducir, no nos dejamos llevar por cantos de sirena, por promesas de falsa felicidad, que nos llevan a hacer inversiones equivocadas, viajes equivocados, a tomar decisiones equivocadas, renunciando a una familia, divorciándonos, renunciando a un empleo.

Deja que María conduzca tu vida, y verás grandes bendiciones en tu existencia; cinco palabras sencillas: alegría, paz, y una paz profunda, fortaleza, fortaleza, sabiduría, discernimiento, que encontramos nosotros para cada día, y unidad, la primera palabra con la que empezamos, unidos en casa, unidos como comunidad católica.

Especial Santísimo nombre de María  

 

 

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