San José, patrono de la Iglesia Universal
Hoy se celebra la solemnidad de San José. La iglesia reconoce en este Santo a un hombre que toca el corazón de la humanidad por medio de su sencillez. Fueron sus obras concretas de obediencia y acogida las que trascendieron su llamado y dejan huella de santidad.
Hace 150 años el papa Pío IX nombró a San José: Patrono Universal de la Iglesia; a él nos encomendamos para que nos custodie tal y como lo hizo con Jesús y María. Le pedimos que nos enseñé a discernir el momento en que debemos silenciarnos, cuándo debemos emprender un nuevo camino, cómo debemos vencer nuestros miedos, de quién debemos defendernos para no caer en trampas, pero, de manera especial, cómo aterrizar nuestros sueños y transformarlos en realidad en el nombre de Dios.
No es difícil dejarnos contagiar de la santidad de San José porque fue llamado desde lo ordinario y cotidiano para hacer grandes sumas de actos sencillos en el proyecto de Salvación. Nos invita a valorar el trabajo que Dios quiere hacer con cada uno de nosotros desde el lugar donde nos encontremos, nos enseña que, aunque los planes de Dios implican giros radicales, deben hacerse desde la humildad de cada vida, porque la obra de Dios se evidencia en lo humano, a través de manos concretas. Con esto, entendemos que no hay que esperar el momento para hacer, pues en Dios siempre será el momento indicado. No se debe caer en la tentación de creer que si no hay signos extraordinarios de por medio no hay validez. Al contrario, el signo por excelencia es precisamente un sí generoso a Dios sin poner condiciones, ni jalonar excusas.
