El  amor hecho servicio y comunión

Jueves Santo

Por: Alejandra Tabares Fajardo, Teóloga

Jesús es llamado en el evangelio comilón y bebedor (Mt 11,19), seguramente le gustaba festejar y compartir los alimentos, por eso se hacía el invitado como aquella vez en la casa de Zaqueo (Lc 19,5). Indudablemente el compartir la comida era fundamental para él como para su pueblo. Era la demostración de la comunión de vida, era dar entrada a la confianza y en definitiva para Él, hacerse misericordia presente. Jesús supera las normas de pureza alrededor de la mesa, que impiden compartir con quien no hace parte de su pueblo.

Vive la transmisión del Jueves Santo con enlace desde el Vaticano y los comentarios especiales del Padre Carlos Yepes.

La comida de la cena pascual tiene también el toque de invitación, comunión, confianza y entrega. Es una comida memorial en la que se renueva la libertad. Ya todos conocían la historia por la cual se come el cordero de pascua y los panes ázimos acompañan la cena. En todos arde la alegría de la liberación de Israel desde tiempos del éxodo. Pero Jesús quiere que entiendan la nueva pascua: Dios mismo se ha bajado a servir, se hace esclavo para recordar el amor de unos a otros. Su cuerpo que se hace pan, comida sencilla pero indispensable; su sangre se da en un cáliz, porque la pasión tiene sentido de alianza nueva, donde la vida de Dios se comunica enteramente a sus discípulos. Es el amor hecho comunión, donde estrecha a su corazón a los que ha amado hasta el extremo.

Este Jueves Santo, inicio del triduo pascual, Jesús se ciñe la cintura, esperando a los que aún no han encontrado felicidad en el servicio, para recordarles que la vida es entrega. Prepara la mesa pascual, para que quienes han sido separados de su cuerpo, tengan un lugar privilegiado y tomen de nuevo el pan. Acerca a los suyos al corazón y en la intimidad les hace sentir que solo basta el amor como signo y mandato.

Toma tu lugar en esta Pascua, no eres un espectador, no te quedes sin entrar al banquete. Hay un sitio junto al costado del Maestro que ha privilegiado para ti. Hay un lugar en el servicio donde encuentras sentido, hay una mesa servida con generosidad para ti y tus hermanos, hay un amor del que nadie puede separarte y a partir del cual se experimenta Pascua.