Inicio - Especiales - Adviento - Noche de Velitas
Generic filters

Filtro

filtro evangelio
filtro reflexiones
filtro Oraciones
filtro ESPECIALES
filtro BUENAS NOTICIAS

Noche de Velitas

Cuál es el significado de la Noche de Velitas

noche de velitas

El 8 de diciembre de 1854, el Papa Pío IX proclamó solemnemente el dogma de la Inmaculada Concepción.

La tradición de la Noche de las Velitas, se remonta en las vísperas de la fiesta del 8 de diciembre de la inmaculada Concepción, cuando los fieles del mundo empiezan a honrar a la virgen María la noche antes a su celebración y encienden velas antorchas y faroles honrando a la Virgen.

Esta devoción se volvió una tradición única: las familias salían la noche anterior, es decir el 7 de diciembre a encender velitas en ventanas, balcones y calles para honrar a la Virgen Inmaculada y celebrar la luz de su pureza, esa luz que precede al nacimiento de Jesús. Con el paso del tiempo, la tradición no solo se conservó, sino que se convirtió en uno de los momentos más significativos y esperados del Adviento.

Desde entonces, cada año, la Noche de las Velitas nos recuerda a la virgen María, la mujer que dijo “sí” y permitió que la luz eterna entrara en el mundo.

¿Cómo podemos darle un sentido profundo a la noche de las velitas?

1. La luz que enciendes afuera debe encenderse dentro

Las velitas que brillan esta noche son un símbolo de lo que debería pasar en tu corazón.
No basta una llama de parafina: Dios quiere una llama interior.
La luz externa es un signo.
La luz interior es un compromiso.
Enciende una vela y dile a Dios:
«Señor, ilumina lo que está oscuro en mí. Alumbra mis miedos, mis dudas, mis heridas, mis sombras, para que pueda caminar hacia Ti.»

2. Cada vela es una oración

Una vela encendida no es decoración: es un acto de amor.
Haz que cada pequeña luz sea una plegaria:
• una por tu familia,
• una por tus amigos,
• una por quien te ha herido,
• una por quienes ya partieron,
• una por quienes necesitan paz,
• una por tu país,
• una por tu propia conversión.
Que tu casa sea un rosario de luces, un altar que ascienda al cielo.

Familia y velitas

3. María, la Mujer que abre el camino

Honra a la Virgen en la víspera de su fiesta.
Ella es la Inmaculada, la llena de gracia, la mujer que vivió como Dios sueña que vivamos todos: con un corazón limpio, dócil, disponible.
Encender una luz en su honor es reconocer que la historia de la salvación cambió con un “sí” humilde y total.
Por eso, dile con gran amor a María:
«Madre, enséñame a decir ‘sí’ como tú. Hazme vivir este Adviento con tus ojos, con tu fe, con tu silencio, con tu pureza.»

4. Noche de velas, noche de paz

En un mundo que corre, grita, se acelera y se distrae, la noche de velitas te invita a lo contrario:
a detenerte, a contemplar, a agradecer, a pedir perdón, a reconciliarte.
No hagas de esta noche solo un juego de luces.
Haz de esta noche un encuentro con Dios.

5. Que tu casa brille… y tu corazón también

La luz de la noche de velitas, debe recordarte que la verdadera Navidad no es ruido, compras, afán o apariencias.
La verdadera Navidad comienza en un pesebre y en un corazón que se abre al Señor.

En esa noche, no te límites a mirar la luz: sé luz.
No te quedes solo en encender una llama: deja que Dios encienda tu corazón.
Que cada vela sea un acto de fe, que cada chispa sea una esperanza, y que cada luz sea una invitación a dejar que Jesús nazca,
no solo en un pesebre, sino en tu propio corazón.

Que la Virgen Inmaculada cubra tu hogar, que Jesús ilumine tu vida y abra un camino de paz para ti y para los tuyos.

 

 

 

Loading