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Nuestra Señora de Lourdes

Virgen de Lourdes 

Cada 11 de febrero, la Iglesia celebra la fiesta de la Virgen de Lourdes y la Jornada Mundial del Enfermo, instaurada esta última, por San Juan Pablo II, que para este año 2023, se estaría conmemorando la Jornada número 31.

A lo largo de 165 años, después de la primera aparición de la Virgen, el 11 de febrero de 1858 en Lourdes, millones de personas peregrinan a esta fuente de esperanza, ubicada en Francia.

Las apariciones fueron relatadas por Santa Bernardita, una joven que, en la gruta de Massabielle, a orillas de rio Gave, fue testigo de ver a una mujer vestida de blanco, con una rosa roja en cada pie, un rosario en la mano, un listón azul y un velo blanco. Fiel retrato de la imagen que veneramos hoy en día.

Uno de los mensajes dados por la Virgen que más eco género en esta Santa, y que se transmite a cada uno de nosotros, es que la plenitud no será dada en esta vida: “No prometo la dicha en esta vida, sino en la otra”. Esta es una señal de fe y confianza frente al sufrimiento, en un mundo donde el dolor escandaliza, paraliza y genera repudio.

Hoy en día, son millones de personas las que peregrinan, provenientes de todo el mundo a este Santuario mariano, buscando un milagro que se atribuya a la intercesión de la Virgen María. Sin embargo, a los inicios, no fue fácil entender el propósito. Las personas decían que solo se trababa de una mentira, una ilusión, manipulación, ingenuidad, efectos de la imaginación; incluso de un cuento bien narrado a cambio de dinero que esta joven podía recibir, ya que formaba parte de una familia de escasos recursos y no sabía leer, ni escribir.

Nuestra Señora de Lourdes -padre Carlos Yepes

Lourdes, un Santuario de fe.

El tiempo mostró que lo ocurrido en Lourdes, se trataba de un acto de fe que no podía comprenderse desde la razón. A lo inicios, las autoridades, los médicos, el clero y la población en general, especulaban y generaban rumores, con el ánimo de apagar el escándalo que se estaba produciendo.

Sin embargo, fueron las revelaciones dadas por la misma Virgen María a Santa Bernardita, sobre todo cuando reconoció que ella era la Inmaculada Concepción, las que posibilitaron la posterior aprobación.

Los milagros de curaciones en personas enfermas que se empezaron a registrar en quienes visitaban la gruta, comenzaron también a sumar, y fueron muy importantes en materia de investigación para dicha aprobación. Hasta el día de hoy, se han confirmado 70 milagros.

Ahora bien, la experiencia de quienes peregrinan a este lugar sagrado, trasciende el milagro. Millones de historias, alrededor del mundo, y que hoy están al alcance de todos por medio de la Internet, narran lo que allí se vive.

Un ejemplo claro lo dan las declaraciones de la religiosa Bernadette Moriau, quien peregrinó al Santuario mariano en 2008, con una enfermedad conocida como síndrome de cola de caballo, un tipo de estenosis raquídea que afecta el conjunto de nervios situados al final de la médula espinal, y que le impedían caminar por sí sola.

La Hermana Moriau es el milagro confirmado número 70. Sin embargo, ella manifestó: “En la gruta sentí la presencia misteriosa de María y de la pequeña Bernardita”. “Yo no pedí la curación, sino la conversión del corazón y la fuerza de proseguir mi camino”.

Esto no es otra cosa que ir más allá del milagro, personas que no se centran en obtener la curación física, sino en recibir un bálsamo de fuerza y esperanza en su camino, ¡ese es un gran milagro!

El hecho de que todo el mundo se una en oración por los enfermos, estén o no presenten en Lourdes es otro milagro latente. A una misma voz, unidos en oración, la fe conecta las más puras intenciones, tanto de quien padece la enfermedad, como de quien ve tanto sufrimiento.

La fuerza de la oración de intercesión por los enfermos es un gran legado de la Virgen de Lourdes que celebramos hoy con gran devoción. Quizá, muchos hoy en día, estén enfocados en lo que se puede ver, pero con gran convicción, sabemos que el gran objetivo es que la fe nos trascienda y nos ayude a entender que la dicha, si no está aquí, está en la otra vida; o mejor aún, está en el servicio con el que nos damos a los demás y damos lo mejor de sí, y en el ofrecimiento que hacemos en medio del dolor de la enfermedad por la sanación y salvación de nuestra alma y la de todos los que tienen el corazón endurecido y están entretenidos en el mundo.

Unámonos en oración con el rezo del Santo Rosario, dando clic aquí, y encuentra los misterios para cada día. 

 

 

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