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¿Realmente el mal existe y puede estar presente en nuestras vidas?

¿De qué y de quién debemos protegernos?

Incredulidad o no, el mal sí existe y está presente aunque no aparezca evidente. Aunque pensemos que es algo de nuestra mente, es tan cierto como el amor y el odio.

Hay sin lugar a dudas, realidades silenciosas que hacen daño, se camuflen en el día a día, y buscan lastimar y herir al ser humano.

El mal sí existe y está representado en personas de alma oscura, siniestra, maquiavélica, enceguecidos por la envidia, por el poder, por el dinero, por conseguir algo de cualquier manera, sin importar las heridas que causen a las otras personas.

El mal sí existe y es la desfiguración del ser humano, los antivalores y la ausencia de bien. No podemos ser ingenuos ante este hecho, el mal ha existido a través de los siglos, a través de guerras, a través de las persecuciones, a través de las muertes violentas, a través de la manipulación y la mentira que se han visto reflejadas en la historia de la humanidad. Así como lo decía un gran filósofo: «¡El hombre es lobo para el hombre!»

El mal sí existe y se manifiesta tanto en el mundo real como en el mundo virtual, hay hackers reales y virtuales.

Aquí, el punto importante es la necesidad que tenemos de ser precavidos. Por ejemplo, los hijos deben escuchar a los padres, los alumnos a los profesores, el joven al adulto sabio, el ciudadano de a pie a los entes de seguridad.

Ser precavidos implica prudencia. Una prudencia que impulse a dejar el pasado atrás, vivir el presente y abrazar el futuro con esperanza. Una prudencia que camina confiada en lo que humanamente puedes hacerse, pero sobre todo en la fuerza de la protección de Dios.

¿Y ante los peligros y amenazas cuál es la mejor protección?

Podríamos decir ¿Quién como Dios? El Dios supremo que todo lo puede. Y es que el hombre puede idearse muchas estrategias de autocuidado, pero solo consagrar su vida a Dios, descansar en Él, es el tiquete seguro para vivir con paz, porque sabe que se es hijo de un Señor omnipotente que cuida con amor a cada uno de sus pequeños.

Todos los días, puede hacerse oración pidiendo la ayuda Divina. Oraciones y protecciones que pueden ir desde:

• La asistencia a la misa diaria
• La meditación de los salmos de protección,
• El rezo del Santo Rosario,
• La oración de san Benito y su medalla,
• La oración de sellamiento de la Sangre de Cristo
• La oración de protección de San Miguel Arcángel

Enunciaremos algunas oraciones que te pueden ayudar como un arma poderosa para combatir el mal, siempre y cuando las hagas con la plena confianza y fe en el Señor:

Salmo 91 (Salmo de protección)

El que habita al abrigo del Altísimo se acoge a la sombra del Todopoderoso.
Yo le digo al Señor:
«Tú eres mi refugio, mi castillo, ¡mi Dios, en quien confío!»
Sólo él puede librarte de trampas ocultas y plagas mortales,
pues te cubrirá con sus alas, y bajo ellas estarás seguro.

¡Su fidelidad te protegerá como un escudo!
No tengas miedo a los peligros nocturnos,
ni a las flechas lanzadas de día, ni a las plagas que llegan con la oscuridad,
ni a las que destruyen a pleno sol; pues mil caerán muertos a tu izquierda
y diez mil a tu derecha, pero a ti nada te pasará.
Solamente lo habrás de presenciar:
verás a los malvados recibir su merecido.
Ya que has hecho del Señor tu refugio, del Altísimo tu lugar de protección,
no te sobrevendrá ningún mal, ni la enfermedad llegará a tu casa;
pues él mandará que sus ángeles para que te cuiden por dondequiera que vayas.
Te levantarán con sus manos para que no tropieces con piedra alguna.
Podrás andar entre leones, entre monstruos y serpientes.
«Yo lo pondré a salvo, fuera del alcance de todos,
porque él me ama y me conoce.
Cuando me llame, le contestaré; ¡yo mismo estaré con él!
Lo libraré de la angustia y lo colmaré de honores;
lo haré disfrutar de una larga vida:¡lo haré gozar de mi salvación!»

salmo 91, salmo de protección. padre carlos yepes

Oración de protección de la Sangre de Cristo

Tu Sangre tiene poder, tú Sangre sana mi ser,
tú Sangre limpia mi alma y protege todo mi ser.
! Oh! adorable Sangre de Jesús limpia mi mente y mi corazón.
Rompe cualquier atadura que impida mi bendición.

Ven Sangre redentora, transforma hoy mi hogar
quiero ser liberada de toda influencia del mal.
!Oh! adorable Sangre de Jesús Limpia mi mente y mi corazón.
Rompe cualquier atadura que impida mi bendición.

Oración de protección de San Miguel Arcángel

Oh San Miguel Arcángel
Defiéndenos en el combate que se libra diariamente
Contra los principados del mal.
Ayúdanos y cúbrenos con tu ala protectora amparada
por la voluntad del Señor.

¡Oh! gloriosísimo San Miguel Arcángel,
Príncipe y caudillo de los ejércitos celestiales,
Defiende nuestras almas, de todo mal y peligro.

¡Oh! San Miguel Arcángel,
Defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo contra la perversidad
Y acechanzas del demonio.

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Oraciones a San Benito

Cada 11 de julio, la iglesia católica celebra la memoria de San Benito, fundador de la orden Benedictina, patrono de Europa y precursor de la medalla de protección, conocida como “La Medalla – Cruz de San Benito”.

Se dice que protege contra el mal y por esta razón, es usada por fieles de todo el mundo que recuerdan el valor de su fe, y experimentan paz y consuelo.

San Benito sugería el uso de la medalla para vencer las tentaciones, ahuyentar al demonio y obrar rectamente.

En una de las caras de la medalla está la imagen del Santo, y por el otro, una cruz con las letras iniciales de la oración: Crux Sancti Patris Benedicti (Cruz del Santo Padre Benito), Crux Sacra Sit Mihi Lux (Mi luz sea la Cruz Santa), Non Draco Sit Mihi Dux (No sea el demonio mi guía), Vade Retro Satana (¡Apártate, Satanás!), Numquam Suade Mihi Vana (No sugieras cosas vanas), Sunt Mala Quae Libas (Pues maldad es lo que brindas) Ipse Venena Bibas (Bebe tú mismo el veneno).

oraciones de protección - padre Carlos Yepes

Pide la intercesión de protección de san Benito

Los santos son compañeros de fe, amigos de este peregrinaje. A ellos podemos acudir para pedir su intercesión en distintas circunstancias, muy en sintonía del testimonio de su vida.

En el caso de San Benito, su vida de silencio, que inició a los 20 años cuando decidió irse a vivir a una cueva en la región montañosa de Subiaco, y posteriormente se crearon monasterios, lo hizo propenso a muchas tentaciones que fueron vencidas con la oración. Este santo nació en Nursia en el año 480 después de Cristo.

Pidamos con humildad, hoy en el día de San Benito, que podamos protegernos de los malos pensamientos, de las envidias, de todo aquello que mata y roba la esperanza, de la duda, de contaminar la fe, de proteger los malos entendidos que laceran el corazón, de las injusticias, de la maldad que quiere corromper la paz del alma, de la apatía y la indiferencia, de la frialdad en las emociones.

¡San Benito, ruega por nosotros!

En conclusión, reconozcamos que la Iglesia propone distintas oraciones para que, con fe, oremos pidiendo a Dios su protección, roguemos la intercesión de los santos y clamemos con fuerza:

Señor, protégeme.
Señor, protege a mi familia.
Señor, ayúdame a identificar el mal.
Señor, dame la gracia de ser prudente, avanzar con cautela y sin miedo.
Señor, que viva con la certeza de que tu proteges mi vida siempre.

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