¿Cómo prepararme para pentecostés (Venida del Espíritu Santo)?
El 19 de mayo de 2024 la Iglesia Católica celebra Pentecostés: (La promesa del Espíritu Santo sobre los Apóstoles y María Santísima).
Como preparación a esta fiesta, la Iglesia invita a orar la Novena al Espíritu Santo (Pentecostés), (Haz clic aquí para hacer la Novena)
La particularidad de la Novena del Espíritu Santo (Pentecostés) es que es la más antigua y la única litúrgica, avalada por la Iglesia.
Esta Novena del Espíritu Santo proporciona luz a la vida, además de que concientiza sobre la cantidad de regalos que tenemos con la venida de Pentecostés a nuestro camino de fe.
Como dato anecdótico, la madre Teresa de Calcuta cuenta en su libro: “Ven, sé mi luz», que cuando recibe el llamado de Dios para fundar la Obra de las Misioneras de la Caridad, hubo mucho tiempo de espera y discernimiento.
En las cartas privadas de la madre Teresa de Calcuta, ella indica que debía esperar la confirmación de Dios, el aval de sus superiores, la aprobación del Papa, el tiempo en que debía pasar del apostolado anterior para iniciar el nuevo.
En una de las cartas del Obispo Périer a la madre Teresa, Él le hablará de tener mucha paciencia y confianza en Dios, expresándole lo siguiente:
“Rece mucho y viva íntimamente con nuestro Señor Jesucristo pidiendo luz, fuerza, decisión, pero no anticipe su obra.
No intente poner nada propio en todo esto. Usted es su instrumento y nada más. Yo también rezo, pero me decepcionaría si tal vez las cosas fuesen demasiado rápidas. Qué cada uno haga su trabajo conscientemente y no con prisas. No es necesario demorarlo sin motivo. Si nuestro Señor quiere que se haga rápido Él puede hacerlo; entre tanto, como seres humanos que somos, debemos actuar de acuerdo con nuestros medios”
Y fue así que durante ese tiempo de espera y bajo la oración de la Novena al Espíritu Santo (Pentecostés), que la Madre Teresa escribió el anteproyecto de la nueva orden, respondiendo a una serie de preguntas que el obispo Périer le había indicado.
1). ¿Qué quería hacer?
2). ¿Cuáles eran los medios mediante los cuales deseaba llevarlo a cabo?
3). ¿Cómo formaría a sus discípulas?
4). ¿Qué tipo de gente reclutaría para la obra?
5). ¿Dónde estaría el centro de su obra?
6) ¿Era posible alcanzar ese fin con otra congregación ya existente?
7). ¿Sería más viable para llevar a cabo su proyecto, servirse de algún tipo de asociación o cofradía?
Estás preguntas que le formularon a Madre Teresa de Calcuta y que respondió a la luz de la oración de la Novena al Espíritu Santo, son un ejemplo de la cantidad de interrogantes que surgen en la vida cotidiana. ¿qué debo estudiar? ¿dónde debo vivir? ¿es está la persona indicada para casarme? ¿debo hacer esta inversión? ¿debo emprender este proyecto? ¿qué colegio elegir para mis hijos?
La vida está llena de constantes decisiones, y debemos tener la claridad, la certeza y la fuerza del Espíritu Santo para que en medio del regalo de la libertad que recibimos de Dios, podamos alinear nuestros planes a la voluntad Divina.
Por eso, como un acto de profunda fe, te invitamos para que ores esta Novena del Espíritu Santo como preparación para la Fiesta de Pentecostés, y se renueve así la efusión del Espíritu Santo en tu vida.
Cabe resaltar que la Obra de las Misioneras de la Caridad que fundó Madre Teresa de Calcuta, se estableció desde 1950 para ayudar a las más pobres y hoy en día es una de las obras que suscita mayor número de vocaciones alrededor del mundo entero.
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Según el numeral 1831 del Catecismo de la Iglesia Católica, los siete dones del Espíritu Santo son: Sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios.
Bien vale la pena preguntarle a Dios por nuestras decisiones y pedir discernimiento
Cuando oramos con devoción la novena podremos obtener los frutos del Espíritu Santo de amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio” enunciados en Gálatas 5, 22-23
Oremos finalmente la secuencia del Espíritu Santo
Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma,
divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas,
infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones,
según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.
Amén.