Patrono de los sacerdotes
San Juan María Vianney, más conocido como el “Santo Cura de Ars” nació el 8 de mayo de 1786 en Dardilly, Francia.
Proveniente de una familia de agricultores, destinó sus primeros años de vida a trabajar en el campo, motivo por el cual, a sus 17 años, era analfabeta. No obstante, su madre se había esmerado en transmitirle la fe católica, la cual acogió con gran amor y respeto.
“Para Dios no hay nada imposible”
A los 17 años, sintió el llamado al sacerdocio, pero el panorama no estaba a su favor. Sumado a su analfabetismo, la violencia en Francia amenazaba con la imposibilidad de cualquier práctica religiosa. Por ejemplo, para recibir el sacramento de la reconciliación, tuvo que hacerlo desde su casa, gracias a la providencia de Dios a través de un sacerdote que no había jurado lealtad a los revolucionarios. Del mismo modo, la Primera Comunión, la recibió en un granero durante la celebración a escondidas de una eucaristía.
Sin embargo, nada fue impedimento para que Dios tejiera la historia de su sacerdocio y pudiera ser ordenado el 13 de agosto de 1815, cuando tenía 29 años.
“Me gustaría conquistar muchas almas»
El Santo Cura de Ars desde el momento en que sintió el llamado, hasta la oficialización y ejercicio de su ministerio, tenía claro que: «Si fuera sacerdote, querría ganar muchas almas».
Y es que, San Juan María Vianney, el Santo cura de Ars supo hacer vida este pensamiento y quiso arrastrar muchos fieles a Dios.
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“Fue por excelencia el consejero que escuchaba y guiaba”
El Santo Cura de Ars la mayor parte de su tiempo, la dedicó a escuchar a los fieles en la confesión, mientras visitaban Ars; un pueblo pequeño en habitantes, pero grande en la misericordia de Dios, ubicado al sudeste de Francia, y conocido como “el gran hospital de almas”, debido a que se dice que pasaba hasta 16 horas en el confesionario cada día.
Su celo por la conversión de los pecadores, perduro durante todos los días de su vida pero también su humildad, su predicación, su discernimiento y saber espontáneos, y su capacidad para generar el arrepentimiento de los penitentes por los males cometidos fueron proverbiales-
Los ataques del demonio se hicieron presentes en la vida de este Santo Sacerdote
El Santo cura de Ars sufrió constantes ataques sobrenaturales del demonio que no lo dejaban dormir. Eran sonidos y gritos horribles, pero él decía: «Apelo al buen Señor, hago la señal de la cruz y dirijo unas palabras de desprecio hacia el diablo»
Alguna vez, Satanás quiso impedir que celebrara misa y no lo permitió. El Santo cura de Ars estaba por celebrar la Santa Misa cuando le avisaron que su cama se incendiaba, por lo que, al darse cuenta que la intención del maligno era que no presidiera la Eucaristía, dio sus llaves para que apagaran el fuego y exclamó: «El villano, al no poder atrapar al pájaro le prende fuego a su jaula».
Fue también atacado por el demonio con calumnias, acusaciones y persecuciones contra él:
En su labor de moralización del pueblo: la guerra a las tabernas le ocasionaron sinsabores y disgustos. No faltaron acusaciones ante sus propios superiores religiosos.
La Biblia nos dirá en Efesios 6, 11 -12: «Revestíos de la armadura de Dios, para resistir las asechanzas del diablo. Porque nuestra lucha, de hecho, no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra dominaciones del mundo de las tinieblas, de los espíritus de maldad contra las regiones celestes«.
El Demonio ha perseguido desde siempre a los que buscan salvar almas para Dios y el Santo Cura de Ars es un ejemplo de ello, pero su decisión, sabiduría y fe le dieron el poder para resistir el maligno,
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Riqueza y sabiduría en sus sermones
El Santo Cura de Ars, tiene un amplio compendio de reflexiones sobre la vida cristiana, algunos de los temas hablan sobre:
• La Palabra de Dios
• Los enemigos de nuestra salvación
• La cruz
• Las verdades eternas
• El amor de Dios
• La impureza
• La mentira
• El orgullo
• El escándalo
• El aplazamiento de la conversión
• La misericordia de Dios
• La esperanza
• La santa Misa
• El Juicio Final
• El infierno de los cristianos
• Las grandezas de la Siempre Virgen María
Patrono de los sacerdotes
El Santo cura de Ars decía acerca de sus hermanos:
“Un buen pastor, un pastor según el corazón de Dios, es el más grande tesoro que el buen Dios pueda conceder a una parroquia y uno de los dones más preciosos de la misericordia divina”
“El Sacerdocio es el amor del corazón de Jesús”
Estas conmovedoras expresiones nos llevan a reconocer con devoción y admiración el inmenso don que suponen los sacerdotes, no sólo para la Iglesia, sino también para la humanidad misma.
El papa Benedicto XVI dirá:
Tengo presente a todos los presbíteros que con humildad repiten cada día las palabras y los gestos de Cristo a los fieles cristianos y al mundo entero, identificándose con sus pensamientos, deseos y sentimientos, así como con su estilo de vida.
Y ¿qué decir de la fidelidad entusiasta de tantos sacerdotes que, a pesar de las dificultades e incomprensiones, perseveran en su vocación de “amigos de Cristo”, llamados personalmente, elegidos y enviados por Él?
A lo largo del tiempo, el testimonio de fidelidad al Evangelio del Santo cura de Ars, ha sido referente para los sacerdotes el mundo entero quienes cada año celebran el 4 de agosto el legado de este santo.
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Jesús Sumo Y Eterno Sacerdote
Santa Misa Santo Cura de Ars celebrada por el Padre Carlos Yepes
Oración por los Sacerdotes
Omnipotente y eterno Dios, mira el rostro de tu Divino Hijo y por amor a Él, ten piedad de tus sacerdotes. Recuerda que no son sino débiles y frágiles criaturas, mantén vivo en ellos el fuego de tu amor y guárdalos para que el enemigo no prevalezca contra ellos y en ningún momento se hagan indignos de su santa vocación.
Te ruego por tus sacerdotes fieles y fervorosos, por los que trabajan cerca o en lejanas misiones y por los que te han abandonado.
¡Oh Jesús! te ruego por tus sacerdotes jóvenes y ancianos, por los que están enfermos o agonizantes y por las almas de los que estén en el purgatorio.
¡Oh Jesús! te ruego por el sacerdote que me bautizó, por los sacerdotes que perdonan mis pecados, por aquellos a cuyas misas he asistido y asisto, por los que me instruyeron y aconsejaron, por todos para los que tengo algún motivo de gratitud.
¡Oh Jesús! guárdalos a todos en tu Corazón, concédeles abundantes bendiciones en el tiempo y en la eternidad Amen.
Sagrado Corazón de Jesús, bendice a tus sacerdotes
Sagrado Corazón de Jesús, santifica a tus sacerdotes
Sagrado Corazón de Jesús, reina por tus sacerdotes.
María, madre de los sacerdotes, ruega por ellos.
Danos Señor vocaciones sacerdotales y religiosas.
San Juan María Vianney (cura de Ars)