Historia
Una de las primeras cosas que debemos saber es que el ayuno tiene sus raíces desde la pre-historia, y ha sido practicado, no solo en el ámbito espiritual y religioso, sino también como elemento clave en la medicina, sobre todo para enfermedades reumáticas. Al tiempo que el mundo grecorromano y las escuelas filosóficas también solían practicarlo.
• Para los judíos, el ayuno es una acción penitencial que busca reparar ante Dios, por los pecados cometidos
• Para los cristianos el ayuno comparte muchas características del ayuno judío
El ayuno cristiano implica
1) Oración: ir al encuentro con Dios, trascender, alimentarse del espíritu.
Lo dirá el texto bíblico: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. (Mateo 4:4)
2) Dominio de la voluntad: para hacer el bien y no caer en las tentaciones del pecado, tener libertad interior y romper las ataduras del pecado representadas en la avaricia, poder, imagen, lujuria, lengua
El ayuno debe realizarse con el fin de buscar la presencia de Dios, alimentar el espíritu y así poder tener control sobre la naturaleza carnal. (Gálatas 5:16-17)
El ayuno en la Iglesia
Uno de los cambios que la Iglesia realizó fue en los días en que se invitaba a ayunar.
Los judíos lo hacían los lunes y jueves, mientas que, para los cristianos, los días eran los miércoles y viernes.
En el Nuevo Testamento, Jesús dio un claro lineamiento sobre la manera correcta de concebir y practicar el ayuno (Mateo 6, 16-18) donde prima:
• La unidad con el Padre Dios
• La alegría que genera este acto de fe
• La prudencia de hacer el ayuno no por los hombres, sino por el Padre
• Santificación y purificación del alma
Con el pasar de los años, los monjes fueron los primeros en intensificar el ayuno, sin basarse estrictamente en los días preestablecidos. Simplemente reconociendo las bondades del ayuno al hacerse en distintos momentos, y no solo como preparación para fiestas especiales, por ejemplo, como la Pascua.
Los padres de la Iglesia, dada su experiencia, indican que el ayuno produce un despertar espiritual que diluye las preocupaciones que asaltan el corazón por las cosas del mundo, y conecta los sentidos de una manera perfecta con atención al ámbito espiritual.
¿Por qué ayunar?
Porque a través del ayuno hay una triple dimensión que nos hace crecer espiritualmente:
1) Relación con Dios: oración
• Permite contemplar los misterios divinos.
• Estrechar los lazos de relación con Dios.
• Llena de paz interior.
San Ignacio de Loyola dirá:
“Mantén tu alma en paz. Deja que Dios actúe en ti. Acoge los pensamientos que eleven tu alma hacia Dios. Abre las ventanas del alma de par en par.”
2) Relación con uno mismo: Auto dominio
• Disciplina al ser humano.
• Posibilita el conocimiento de sí mismo.
• Permite identificar las pasiones dominantes.
• Libera al ser humano del dominio de las pasiones.
• Ayuda en la lucha contra los vicios.
• Da sensatez frente a la gula, la lujuria y la avaricia.
• Equilibra los instintos y emociones.
• Lucha contra los malos pensamientos.
• Nos hace consientes del sentido expiatorio por los pecados.
• Nos hace más humildes.
San Bernardo dirá:
“Ayunen los ojos de toda mirada curiosa. Ayunen los oídos, no atendiendo a las palabras vanas. Ayune la lengua de la murmuración, de las palabras vanas, inútiles. Ayune la mano de estar ociosa. Pero ayune mucho más el alma misma de los vicios y pecados.”
3) Relación con los demás: Caridad
• Ensancha el amor y el respeto hacia los demás.
• Nos capacita para la solidaridad, la compasión y la misericordia.
Santa Teresa de Calcuta dirá:
«Si no se vive para los demás, la vida carece de sentido.»
El ayuno según la Biblia
En el antiguo testamento, se evidencia claramente como los profetas ayunaban para alcanzar una manifestación de Dios.
• Elías ayunó 40 días en su camino al desierto, porque necesitaba reponer sus fuerzas.
• Moisés también ayunó antes de recibir la Ley de Dios.
• El profeta Daniel ayunó durante 3 días para conocer la interpretación de su sueño.
• Y Jesús en el nuevo testamento ayunó antes de su vida pública, y al final el diablo se apartó de Él y los ángeles vinieron a servirle. Esta es sin duda una de las grandes victorias del ayuno.
La Sagrada Escritura no nos deja duda de la importante del ayuno, y su efecto poderoso unido a la oración.
Estas dos actitudes, oración y ayuno deben ir de la mano porque son dinamita espiritual.
El mismo Jesús lo manifestó cuando dijo que algunos demonios solo salían con ayuno y oración.
Ahora bien, podemos preguntarnos ¿Cómo puedo reconocer los frutos del ayuno, unido a la oración?
Mencionemos algunos:
• No hablas mal de los demás.
• No juzgas con severidad
• Hay paz interior
• Los resentimientos huyen de ti.
• Se tiene fortaleza en la tentación.
• Se corre el velo y se ve con claridad todo lo que te está apartando de Dios.
• De nada sirve abstenerse de alimentos, pero al hacer un examen de conciencia, estos elementos estén desalineados.
El ayuno hoy
En la actualidad, no solo las comunidades contemplativas y religiosas ayunan, sino la Iglesia en general. Muchos lo hacen como una ofrenda de amor hacía Dios y le suman otras intenciones especiales, por ejemplo: por la paz del mundo, por el derecho a la vida, por la conversión de una persona, entre otros.
Sin embargo, hay quienes lo hacen por recomendación médica hacia su salud o solo como objetivo estético en la reducción de su peso.
Por otro lado, para los cristianos católicos, el ayuno no solo se concibe como la abstención de alimentos en fechas especiales como miércoles de ceniza y viernes santo, sino también como la abstención de todo aquello que deteriora nuestro propósito de vida, y nos aparta de Dios.
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En definitiva, el ayuno debe hacerse en completa discreción y alegría, no en tónica de heroísmo y orgullo para que pueda proporcionar la fuerza espiritual que tanto bien le hace a nuestra vida.