Evangelio del día
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Efesios 4,1-7.11-13:
Hermanos: Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados. Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo. A cada uno de nosotros se le ha dado la gracia según la medida del don de Cristo. Y Él ha constituido a unos, apóstoles, a otros, profetas, a otros, evangelizadores, a otros, pastores y maestros, para el perfeccionamiento de los santos, en función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud.
Salmo 19
A toda la tierra alcanza su pregón.
El cielo proclama la gloria de Dios, el firmamento pregona la obra de sus manos: el día al día le pasa el mensaje, la noche a la noche se lo susurra.
A toda la tierra alcanza su pregón.
Sin que hablen, sin que pronuncien, sin que resuene su voz, a toda la tierra alcanza su pregón y hasta los límites del orbe su lenguaje.
A toda la tierra alcanza su pregón.
San Mateo 9,9-13:
En aquel tiempo, vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: -Sígueme. Él se levantó y lo siguió. Y estando en la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaron con Jesús y sus discípulos. Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: – ¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores? Jesús lo oyó y dijo: -No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa «misericordia quiero y no sacrificios»: que no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.
Ideas centrales del evangelio por el padre Carlos Yepes
En el cuerpo vivo de Cristo que somos nosotros la Iglesia, todos tenemos distintas funciones, servicios y misiones.
Todos tenemos condiciones humanas y espirituales distintas, y señalará precisamente la carta a los efesios: condiciones del apóstol, del profeta, el evangelizador, o el Pastor.
Descubramos como Jesús elige y sobre todo se confía plenamente de un pecador, un cobrador de impuestos, para la potencia invasora, Roma.
Como Jesús llama a este publicano, Mateo, para que lo siga, para que entre en esta dinámica precisamente de conocer la vida nueva en el espíritu.
Y esto nos ratifica una expresión inmortal, que ha hecho carrera en 2000 años de cristianismo: “Jesús no ha venido por los justos, los rectos, sino por los hombres pecadores”.