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Evangelio De Hoy l Padre Carlos Yepes I miércoles 12 enero 2022

Evangelio del día 

Para escuchar el evangelio y la reflexión puedes darle clic al video

1 Samuel 3,1-10.19-20:

En aquellos días, el pequeño Samuel servía en el templo del Señor bajo la vigilancia de Elí.

Por aquellos días las palabras del Señor eran raras y no eran frecuentes las visiones.

Un día estaba Elí acostado en su habitación; se le iba apagando la vista y casi no podía ver. Aún ardía la lámpara de Dios, y Samuel estaba acostado en el templo del Señor, donde estaba el arca de Dios.

El Señor llamó a Samuel y él respondió: «Aquí estoy». Fue corriendo a donde estaba Elí y le dijo: -Aquí estoy; vengo porque me has llamado. Respondió Elí: -No te he llamado; vuelve a acostarte. Samuel volvió a acostarse. Volvió a llamar el Señor a Samuel. El se levantó y fue a donde estaba Elí y le dijo:

-Aquí estoy, vengo porque me has llamado. Respondió Elí: -No te he llamado, hijo mío; vuelve a acostarte. Aún no conocía Samuel al Señor, pues no le había sido revelada la palabra del Señor. Por tercera vez llamó el Señor a Samuel y él se fue a donde estaba Elí y le dijo: -Aquí estoy; vengo porque me has llamado. Elí comprendió que era el Señor quien llamaba al muchacho y dijo a Samuel: -Anda, acuéstate; y si te llama alguien, responde: «Habla, Señor, que tu siervo te escucha».

Samuel fue y se acostó en su sitio. El Señor se presentó y le llamó como antes: -¡Samuel, Samuel! Él respondió: -Habla, Señor, que tu siervo te escucha.

Samuel crecía, Dios estaba con él, y ninguna de sus palabras dejó de cumplirse; y todo Israel, desde Dan hasta Berseba, supo que Samuel era profeta acreditado ante el Señor.

Salmo (40) 39

Aquí, estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Yo esperaba con ansia al Señor: él se inclinó y escuchó mi grito. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor, y no acude a los idólatras
que se extravían con engaños.
Aquí, estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, y en cambio me abriste el oído; no pides sacrificio expiatorio, entonces yo digo: «Aquí estoy.»
Aquí, estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Como está escrito en mi libro: «Para hacer tu voluntad.» Dios mío, lo quiero,
y llevo tu ley en las entrañas.
Aquí, estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

He proclamado tu salvación ante la gran asamblea; no he cerrado los labios:
Señor, tú lo sabes.
Aquí, estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

San Marcos 1,29-39:

En aquel tiempo, al salir Jesús y sus discípulos de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Símón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron. Jesús se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta.

Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar. Se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron y, al encontrarlo, le dijeron: – «Todo el mundo te busca.»

Él les respondió: – «Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido.»

Así recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando los demonios.

Ideas centrales del evangelio por el padre Carlos Yepes

1) Jesús sana, cura (suegra de Pedro, enfermos, endemoniados) exorciza, anuncia el reino de Dios.
2) Dile a Dios cuando te llame: «Aquí estoy Señor para hacer tu voluntad», así como lo hizo el niño Samuel.
3) ¿Cómo te habla Dios hoy?, ¿Qué quieres Dios de mí?

 

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