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Evangelio De Hoy l Padre Carlos Yepes I viernes 31 diciembre 2021

Evangelio del día 

Para escuchar el evangelio y la reflexión puedes darle clic al video

1 Juan 2,18-21:

Hijos míos, es el momento final. Habéis oído que iba a venir un Anticristo; pues bien, muchos anticristos han aparecido, por lo cual nos damos cuenta que es el momento final. Salieron de entre nosotros, pero no eran de los nuestros. Si hubiesen sido de los nuestros, habrían permanecido con nosotros. Pero sucedió así para poner de manifiesto que no todos son de los nuestros. En cuanto a vosotros, estáis ungidos por el Santo, y todos vosotros lo conocéis. Os he escrito, no porque desconozcáis la verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira viene de la verdad.

Salmo (96) 95

Alégrese el cielo, goce la tierra.

Cantad al Señor un cántico nuevo, cantad al Señor, toda la tierra; cantad al Señor, bendecid su nombre. Proclamad día tras día su victoria.
Alégrese el cielo, goce la tierra.

Alégrese el cielo, goce la tierra, retumbe el mar y cuanto lo llena; vitoreen los campos cuanto hay en ellos, aclamen los árboles del bosque.
Alégrese el cielo, goce la tierra.

Delante del Señor, que ya llega, ya llega a regir la tierra: regirá el orbe con justicia y los pueblos con fidelidad.
Alégrese el cielo, goce la tierra.

San Juan 1,1-18:

En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres.
La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios.
Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad.

Juan da testimonio de Él y grita diciendo: «Éste es de quien dije: «El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo.»» Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia.

Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

Ideas centrales del evangelio por el padre Carlos Yepes

Finalizamos un año más en nuestra vida, a partir de mañana volteamos la hoja de nuestros calendarios, quizás un año más de edad, pero sobre todo ojalá, un año más en sabiduría, y sobre todo en gratitud a Dios por el regalo de la vida, por el regalo de la familia, y atención, por el regalo de los sinsabores que hayamos podido tener en este año que ya finaliza.

Efectivamente, a veces nos acostumbramos a agradecer solo lo que llamamos: las bendiciones materiales, las bendiciones económicas, las bendiciones profesionales.

Pero también hay que agradecer los reveses de la vida, aquellos momentos difíciles de los seres que han partido, quizás porque nos han enseñado a confiarnos más en Dios, y a dejar tanto apegamiento a las cosas terrenales.

Agradezco un año más, por la presencia de la Iglesia, el cuerpo vivo de Cristo en la humanidad. Agradecer la Fe que tenemos.

Jesús, bendice mi vida, y gracias, absolutamente gracias, porque siento que mi existencia está en las manos más providentes que pueden existir, tus manos, buen Jesús, buen Dios.

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