Evangelio del día
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Romanos 13,8-10
Hermanos: A nadie le debáis nada, más que amor; porque el que ama a su prójimo tiene cumplido el resto de la ley. De hecho, el «no cometerás adulterio, no matarás, no robarás, no envidiarás», y los demás mandamientos que haya, se resumen en esta frase: «Amarás a tu prójimo como a tí mismo.» Uno que ama a su prójimo no le hace daño; por eso amar es cumplir la ley entera.
Salmo (112) 111
Dichoso el que se apiada y presta.
Dichoso quien teme al Señor y ama de corazón sus mandatos. Su linaje será poderoso en la tierra, la descendencia del justo será bendita.
En las tinieblas brilla como una luz el que es justo, clemente y compasivo. Dichoso el que se apiada y presta, y administra rectamente sus asuntos.
Reparte limosna a los pobres; su caridad es constante, sin falta, y alzará la frente con dignidad.
San Lucas 14,25-33
En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; Él se volvió y les dijo: -Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío. Quien no lleve su cruz detrás de mí, no puede ser discípulo mío. Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla? No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo: «Este hombre empezó a construir y no ha sido capaz de acabar.» ¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que le ataca con veinte mil? Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz. Lo mismo vosotros:
el que no renuncia a todos sus bienes, no puede ser discípulo mío.
Ideas centrales del evangelio por el padre Carlos Yepes
Jesús reitera una, y otra vez, relativiza los apegos, los amores, las dependencias a los seres queridos a ti mismo, a los bienes de esta tierra.
Y en esa misma línea nos invita también a cargar con la Cruz, que es el cumplimiento del Evangelio.
El Evangelio que nos pide amar, perdonar, aunque nos cueste, servir y entregar la vida, aunque nos cueste todavía más.
Y Jesús afirmará: “Si no cargamos con la Cruz de la vida, cada día, en cada momento, no podremos ser verdaderos discípulos suyos”.