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Laudes – oración de la mañana – jueves 22 de febrero 2024

Laudes

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V/ Señor, abre mis labios.
R/ Y mi boca proclamará tu alabanza.

Salmo 23

Entrada solemne de Dios en su templo

Venid, adoremos al Señor, rey de los apóstoles.
Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
Él la fundó sobre los mares,
Él la afianzó sobre los ríos.
Venid, adoremos al Señor, rey de los apóstoles.

¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
Venid, adoremos al Señor, rey de los apóstoles.

El hombre de manos inocentes
y puro corazón,
que no confía en los ídolos
ni jura contra el prójimo en falso.
Ese recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Venid, adoremos al Señor, rey de los apóstoles.

Este es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob.
Venid, adoremos al Señor, rey de los apóstoles.
¡Portones!, alzad los dinteles,
levantaos, puertas antiguas:
va a entrar el Rey de la gloria.
Venid, adoremos al Señor, rey de los apóstoles.

¿Quién es ese Rey de la gloria?
el Señor, héroe valeroso;
el Señor, héroe de la guerra.
Venid, adoremos al Señor, rey de los apóstoles.

¡Portones!, alzad los dinteles,
levantaos, puertas antiguas:
va a entrar el Rey de la gloria.
Venid, adoremos al Señor, rey de los apóstoles.

¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, Dios de los ejércitos.
Él es el Rey de la gloria.
Venid, adoremos al Señor, rey de los apóstoles.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amén.

 

Venid, adoremos al Señor, rey de los apóstoles.

Himno
Cristo te llama, Pedro, y tú le sigues;
dejas tu barca, pescador de hombres;
roca y cimiento de la santa Iglesia
Cristo te hace.

Él te pregunta: «¿Me amas más que éstos?»;
tú le respondes: «Sabes que te quiero.»
Él te encomienda todo su rebaño;
tú lo apacientas.

Tienes las llaves, atas y desatas;
fiel al Maestro, amas más que niegas;
llegas a Roma, con tu magisterio;
mueres por Cristo.

Desde tu cielo, mira a nuestra tierra,
guía los pasos de tus sucesores
que en el primado del amor, sirviendo,
rigen la Iglesia.

Gloria a Dios Padre, creador del mundo,
gloria a Dios Hijo, redentor de todos,
gloria al Espíritu, que nos santifica:
Dios Uno y Trino. Amén.
Salmodia

Salmo 62,2-9: El alma sedienta de Dios

Ant: Dijo el Señor a Simón: «No temas: desde ahora serás pescador de hombres.»

Salmo 62,2-9

Oh, Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.

¡Cómo te contemplaba en el santuario

viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.

En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amén.

Ant: Dijo el Señor a Simón: «No temas: desde ahora serás pescador de hombres.»

Ant: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. ¡Dichoso, tú, Simón Pedro!

Cántico
Daniel 3,57-88.56

Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.

Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.

Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.

Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.

Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.

Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.

Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor
bendiga Israel al Señor.

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.

Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

Ant: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. ¡Dichoso, tú, Simón Pedro!

Salmo 149:
Ant: Dijo el Señor a Pedro: «Te daré las llaves del reino de los cielos»

Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:

para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.

Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos
. Amén.

Andrés dijo a su hermano Simón: «Hemos encontrado al Mesías»; y lo llevó a Jesús.

Ant: Dijo el Señor a Pedro: «Te daré las llaves del reino de los cielos»

Lectura
Hch 15,7b-9

Dios me escogió para que los gentiles oyeran de mi boca el mensaje del Evangelio, y creyeran. Y Dios, que penetra los corazones, mostró su aprobación dándoles el Espíritu Santo igual que a nosotros. No hizo distinción entre ellos y nosotros, pues ha purificado sus corazones con la fe.

V/. Los nombrarás príncipes sobre toda la tierra.
R/. Los nombrarás príncipes sobre toda la tierra.
V/. Harán memorable tu nombre, Señor.
R/. Sobre toda la tierra.
V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R/. Los nombrarás príncipes sobre toda la tierra.

Cántico Evangélico
Ant: Dijo el Señor a Simón Pedro, «Yo he pedido por ti, para que tu fe no se apague. Y tú, cuando te recobres, da firmeza a tus hermanos.»

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo,
por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Dijo el Señor a Simón Pedro, «Yo he pedido por ti, para que tu fe no se apague. Y tú, cuando te recobres, da firmeza a tus hermanos.»

Preces

Queridos hermanos, habiendo recibido de los apóstoles la herencia de los elegidos, demos gracias a nuestro Padre por todos sus dones, diciendo:

El coro de los apóstoles te ensalza, Señor.

Por la mesa de tu cuerpo y de tu sangre, que nos transmitieron los apóstoles, con la cual nos alimentamos y vivimos.
El coro de los apóstoles te ensalza, Señor.

Por la mesa de tu Palabra, que nos transmitieron los apóstoles,
con la cual se nos comunica la luz y el gozo.
El coro de los apóstoles te ensalza, Señor.

Por tu Iglesia santa, edificada sobre el fundamento de los apóstoles,
por la cual nos integramos en la unidad.
El coro de los apóstoles te ensalza, Señor.

Por la purificación del bautismo y de la penitencia, confiada a los apóstoles, con la cual quedamos limpios de todos los pecados.
El coro de los apóstoles te ensalza, Señor.

Terminemos nuestra oración con la plegaria que nos enseñó el Señor:

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
Final
Dios todopoderoso, no permitas que seamos perturbados por ningún peligro, tú que nos has afianzado sobre la roca de la fe apostólica. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén.
Si el que preside no es un ministro ordenado, o en el rezo individual:

V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R/. Amén.