Inicio - Oraciones - Laudes del día - Laudes - oración de la mañana - lunes 20 marzo 2023
Generic filters

Filtro

Laudes – oración de la mañana – lunes 20 marzo 2023

Laudes

Para activar el video con la oración de la mañana dale play

V/ Señor, abre mis labios.
R/ Y mi boca proclamará tu alabanza.

Salmo 99

Alegría de los que entran en el templo

Ant: Aclamemos a Cristo, el Señor, en la solemnidad de San José.
Aclama al Señor tierra entera, servid al Señor con alegría, entrad en su presencia con aclamaciones.
Ant: Aclamemos a Cristo, el Señor, en la solemnidad de San José.
Sabed que el Señor es Dios, que él nos hizo y somos suyos, su pueblo y ovejas de su rebaño.
Ant: Aclamemos a Cristo, el Señor, en la solemnidad de San José.
Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con himnos dándole gracias y bendiciendo su nombre.
Ant: Aclamemos a Cristo, el Señor, en la solemnidad de San José.
El Señor es bueno su misericordia es eterna, su fidelidad por todas las edades.
Ant: Aclamemos a Cristo, el Señor, en la solemnidad de San José.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amén.

Ant: Aclamemos a Cristo, el Señor, en la solemnidad de San José.

Himno
Porque fue varón justo,
le amó el Señor,
y dio el ciento por uno
su labor.

El alba mensajera
del sol de alegre brillo
conoce este martillo
que suena en la madera.
La mano carpintera
madruga a su quehacer,
y hay gracia antes que sol en el taller.

Cabeza de tu casa
del que el Señor se fía,
por la carpintería
la gloria entera pasa.
Tu mano se acompasa
con Dios en la labor,
y alargas tú la mano del Señor.

Y, pues que el mundo entero
te mira y se pregunta,
di tú cómo se junta
ser santo y carpintero,
la gloria y el madero,
la gracia y el afán,
tener propicio a Dios y escaso el pan.
Salmodia

Ant: Los pastores fueron corriendo y encontraron a Maria y a José, y al niño acostado en el pesebre.

Salmo 62,2-9:

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.

En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Los pastores fueron corriendo y encontraron a Maria y a José, y al niño acostado en el pesebre.

Ant: José y Maria, la madre de Jesús, estaban admirados por lo que se decía de él, y Simeón los bendijo.

Daniel 3,57-88.56:

Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.

Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.

Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.

Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.

Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.

Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.

Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor
bendiga Israel al Señor.

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.

Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

Ant: José y Maria, la madre de Jesús, estaban admirados por lo que se decía de él, y Simeón los bendijo.

Salmo 149:

Ant: José se levantó, tomó al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto, y se quedó hasta la muerte de Herodes.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:

para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.

Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: José se levantó, tomó al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto, y se quedó hasta la muerte de Herodes.

Lectura
2S 7,28-29
Señor Dios, tú eres el Dios verdadero, tus palabras son de fiar, y has hecho esta promesa a tu siervo. Dígnate, pues, bendecir a la casa de tu siervo, para que esté siempre en tu presencia; ya que tú, mi Señor, lo has dicho, sea siempre bendita la casa de tu siervo.
V/. Lo nombró administrador de su casa.
R/. Lo nombró administrador de su casa.
V/. Y señor de todas sus posesiones.
R/. Administrador de su casa.
V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R/. Lo nombró administrador de su casa.

Cántico Evangélico
Ant: José se estableció en un pueblo llamado Nazaret. Así se cumplió lo que dijeron los profetas de Cristo, que se llamaría Nazareno.

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo,
por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: José se estableció en un pueblo llamado Nazaret. Así se cumplió lo que dijeron los profetas de Cristo, que se llamaría Nazareno.

Preces
Elevemos nuestras súplicas al Señor, que hace justos a los hombres:

Danos vida con tu justicia, Señor
● Tú que llamaste a nuestros padres en la fe para que caminaran en tu presencia con un corazón sincero,

haz que, siguiendo sus huellas, seamos perfectos como tú nos mandas
Danos vida con tu justicia, Señor
● Tú que elegiste al justo José para que alimentara a tu Hijo en la infancia y en la juventud,

haz que sirvamos en nuestros hermanos al cuerpo místico de Cristo
Danos vida con tu justicia, Señor
● Tú que entregaste la tierra a los hombres para que la llenaran y la sometieran,

enséñanos a trabajar con denuedo en este mundo, buscando siempre tu gloria
Danos vida con tu justicia, Señor
● Acuérdate, Padre universal, de la obra de tus manos;

da a todos trabajo, pan y una condición de vida digna
Danos vida con tu justicia, Señor

Como hijos que somos de Dios, dirijámonos a nuestro Padre con la oración que Cristo nos enseñó:

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Final
Dios todopoderoso, que confiaste los primeros misterios de la salvación de los hombres a la fiel custodia de San José, haz que, por su intercesión, la Iglesia los conserve fielmente y los lleve a plenitud en su misión salvadora. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén.

V/. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R/. Amén.

Dame tus ojos Madre, para saber mirar,
Si miro con tus ojos, jamás podre pecar,
Dame tus labios, Madre para poder rezar,
Si rezo con tus labios Jesús me escuchara,
Dame tus manos Madre que quiero trabajar,
Entonces mi trabajo valdrá una eternidad,
Dame tu manto Madre, que cubra mi maldad,
Cubierto con tu manto al cielo he de llegar,
Dame tu cielo madre para poder gozar,
Si tú me das el cielo, ¿Qué más voy a anhelar?
Dame a Jesús oh, Madre, para poder amar,
Esta será mi dicha, por una eternidad.
Amen.

 

Loading