Inicio - Oraciones - Laudes del día - Laudes - oración de la mañana - viernes 23 agosto 2024
Generic filters

Filtro

Laudes – oración de la mañana – viernes 23 agosto 2024

Laudes

Para activar el video con la oración de la mañana dale

V/ Señor, abre mis labios.
R/ Y mi boca proclamará tu alabanza.

SALMO 66

Ant Venid, adoremos al Señor, rey de las vírgenes.
El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.
Ant Venid, adoremos al Señor, rey de las vírgenes.
¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Ant Venid, adoremos al Señor, rey de las vírgenes.
Que canten de alegría las naciones,
porque riges al mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra.
Ant Venid, adoremos al Señor, rey de las vírgenes.
¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Ant Venid, adoremos al Señor, rey de las vírgenes.
La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga, que le teman
hasta los confines del orbe.
Ant Venid, adoremos al Señor, rey de las vírgenes.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant Venid, adoremos al Señor, rey de las vírgenes.
HIMNO
Cuando, Señor, en quieta lontananza
se encienden los fulgores de este día,
no dejes de avivar nuestra esperanza,
atiende al corazón que en ti confía.
Van a pasar por manos laboriosas
los granos de un rosario de ilusiones,
acógelas, Señor, que son hermosas,
amor y don de nuestros corazones.
Mujer llena de Dios, oh santa Rosa,
vivir para el Señor, para el Amado,
fue el ansia de tu amor, gracia divina,
llevada de su fuerza y de su mano.
No olvides los que vamos de camino
siguiendo en el desierto tus pisadas,
aboga ante el Señor favor divino
seguir como seguiste sus llamadas.
Proclamen nuestros labios la grandeza
del Padre que en el Hijo nos dio gozo,
y, siendo nuestra herencia la pobreza,
nos colma de su amor el Fuego Santo. Amén.
SALMODIA
Ant. 1 Libremente confieso a Cristo, de Cristo está sedienta
mi alma; deseo estar por siempre con Cristo.
– Salmo 62 –
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansias de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a las sombras de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. 1 Libremente confieso a Cristo, de Cristo está sedienta
mi alma; deseo estar por siempre con Cristo.
Ant. 2 Vírgenes del Señor, bendecid al Señor; el que
sembró en vosotras el deseo de la virginidad ha
coronado ya su obra.
Cántico.
Dn. 3,57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Angeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieve, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzadlo, por los siglos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. 2 Vírgenes del Señor, bendecid al Señor; el que
sembró en vosotras el deseo de la virginidad ha
coronado ya su obra.
Ant. 3 Que los santos se alegren en la gloria, pues han
conseguido una brillante victoria sobre la carne
y la sangre.
-Salmo 149-
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. 3 Que los santos se alegren en la gloria, pues han
conseguido una brillante victoria sobre la carne
y la sangre.
LECTURA BREVE
Ct 8,7
Las aguas torrenciales no podrían apagar el amor,
ni anegarlo los ríos. Si alguien quisiera comprar el
amor con todas las riquezas de su casa, se haría des-
presiable.
RESPONSORIO BREVE
V. Oigo en mi corazón: buscad mi rostro.
R. Oigo en mi corazón: buscad mi rostro.
V. Tú rostro buscaré, Señor.
R. Buscad mi rostro
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Oigo en mi corazón: buscad mi rostro.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Para mí la vida es Cristo y la muerte una ganancia;
he de gloriarme en la cruz de nuestro Señor Jesucristo.
Cántico de Zacarías
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con
nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Para mí la vida es Cristo y la muerte una ganancia;
he de gloriarme en la cruz de nuestro Señor Jesucristo.
PRECES.
Glorifiquemos a Cristo, esposo y corona de las vír-
genes y supliquémosle diciendo:
Jesús, corona de las vírgenes, escúchanos.
Oh Cristo, a quien las vírgenes amaron como
a su único esposo,
concédenos que nada nos aparte de tu amor.
Jesús, corona de las vírgenes, escúchanos.
Tú que coronaste a María como reina de las
vírgenes,por su intercesión concédenos recibirte siempre
con pureza de corazón.
Jesús, corona de las vírgenes, escúchanos.
Por intercesión de las santas vírgenes que te sir-
vieron siempre con fidelidad, para alcanzar la
santidad en cuerpo y alma.
Ayúdanos, Señor, a que los bienes de este mundo
que pasa no nos aparten de tu amor eterno.
Jesús, corona de las vírgenes, escúchanos.
Señor Jesús, esposo que has de venir y a quien las
vírgenes prudentes esperaban,
concédenos que aguardemos tu retorno glorioso
con una esperanza activa.
Jesús, corona de las vírgenes, escúchanos.
Por intercesión de santa Rosa de Lima que fue
vírgen sensata y una de las prudentes,
concédenos, Señor, la verdadera sabiduría y la
pureza de constumbres.
Jesús, corona de las vírgenes, escúchanos.
Tal como nos lo enseñó el Señor, terminemos
nuestra oración diciendo:
Padre nuestro ………….
ORACIÓN FINAL
Dios nuestro, que impulsaste a santa Rosa de Lima
a apartarse de la vida del mundo por amor tuyo y a
consagrarse sólo a  ti, en la austeridad y en la peni-
tencia, concédenos, por su intercesión, que sepamos
seguir, en este mundo, el camino que conduce a la
verdadera vida, para que lleguemos a gozar del
torrente de tus delicias allá en el cielo. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo…
CONCLUSIÓN.
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal
y nos lleve a la vida eterna.
R, Amén.
Oración Madre querida…