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Oficio de lectura – miercoles 31 julio 2024

Oficio de Lectura

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme.

Himno: PUERTA DE DIOS EN EL REDIL HUMANO

Puerta de Dios en el redil humano
fue Cristo, el buen Pastor que al mundo vino,
glorioso va delante del rebaño,
guiando su marchar por buen camino.

Madero de la cruz es su cayado,
su voz es la verdad que a todos llama,
su amor es el del Padre, que le ha dado
Espíritu de Dios, que a todos ama.

Pastores del Señor son sus ungidos,
nuevos cristos de Dios, son enviados
a los pueblos del mundo redimidos;
del único Pastor siervos amados.

La cruz de su Señor es su cayado,
la voz de la verdad es su llamada,
los pastos de su amor, fecundo prado,
son vida del Señor que nos es dada. Amén.

SALMODIA

Ant. 1: Quien quiera ser el primero que sea el último de todos y el servidor de todos.

Salmo 20, 2-8. 14

Señor, el rey se alegra por tu fuerza,
¡y cuánto goza con tu victoria!
Le has concedido el deseo de su corazón,
no le has negado lo que pedían sus labios.

Te adelantaste a bendecido con el éxito,
y has puesto en su cabeza una corona de oro fino.
Te pidió vida, y se la has concedido,
años que se prolongan sin término.

Tu victoria ha engrandecido su fama,
lo has vestido de honor y majestad.
Le concedes bendiciones incesantes,
lo colmas de gozo en tu presencia;
porque el rey confía en el Señor
y con la gracia del Altísimo no fracasará.

Levántate, Señor, con tu fuerza,
y al son de instrumentos cantaremos tu poder.

Ant. 1: Quien quiera ser el primero que sea el último de todos y el servidor de todos.

Ant. 2: Cuando aparezca el supremo Pastor, recibiréis la corona de gloria que no se

Salmo 91

Parte I

Es bueno dar gracias al Señor
y tocar para tu nombre, oh Altísimo,
proclamar por la mañana tu misericordia
y de noche tu fidelidad,
con arpas de diez cuerdas y laúdes
sobre arpegios de cítaras.

Tus acciones, Señor, son mi alegría,
y mi júbilo, las obras de tus manos.
¡Qué magníficas son tus obras, Señor,
qué profundos tus designios!
El ignorante no los entiende
ni el necio se da cuenta.

Aunque germinen como hierba los malvados
y florezcan los malhechores,
serán destruidos para siempre.
Tú, en cambio, Señor,
eres excelso por los siglos.

Ant. 2: Cuando aparezca el supremo Pastor, recibiréis la corona de gloria que no se

Ant. 3: Siervo bueno y fiel, pasa al banquete de tu Señor.
Salmo 91
Parte II

Porque tus enemigos, Señor, perecerán,
los malhechores serán dispersados;
pero a mí me das la fuerza de un búfalo
y me unges con aceite nuevo.
Mis ojos no temerán a mis enemigos,
mis oídos escucharán su derrota.

El justo crecerá como una palmera
y se alzará como un cedro del Líbano:
plantado en la casa del Señor,
crecerá en los atrios de nuestro Dios;

en la vejez seguirá dando fruto
y estará lozano y frondoso,
para proclamar que el Señor es justo,
que en mi Roca no existe la maldad.

Ant. 3: Siervo bueno y fiel, pasa al banquete de tu Señor.

Versículo
V. Oirás de mi boca una palabra.
R. y les advertirás de mi nombre.

PRIMERA LECTURA

De la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 3, 7–4, 1.4-9

Estad siempre alegres en el Seńor

Hermanos: Todo lo que para mí era ganancia lo he estimado pérdida comparado con Cristo; más aún, todo lo estimo pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo perdí todo, y todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo y encontrarme unido a él, no por una justificación propia mía, la que viene de la ley, sino por la justificación que se obtiene por la fe en Cristo, la cual procede de Dios y se basa en la fe.
A fin de tener una íntima experiencia de Cristo, del poder de su resurrección, y de la comunión con sus padecimientos, muriendo su misma muerte, para alcanzar también la resurrección de entre los muertos.

No quiero decir con esto que tenga ya conseguido el premio, o que sea ya perfecto: sino que continuó mi carrera con la pretensión de darle alcance, habiendo yo mismo sido alcanzado por Cristo Jesús. Yo hermanos, no considero haber ganado todavía el premio. Sólo una cosa busco: olvidando lo que queda atrás y lanzándome hacia lo que veo por delante, voy corriendo hacia la meta, para conseguir el premio de la asamblea celestial, asamblea de Dios, en Cristo Jesús.

Así pues, todos los que estamos ya bien formados en Cristo, debemos tener estas aspiraciones. Y, si en algún punto pensáis de otra manera, que Dios os lo aclare también.
Sea cual sea el punto a dónde hayamos llegado. Sigamos adelante, por el mismo camino.
Seguid todos mi ejemplo hermanos y fijaos en los que caminan según el modelo que tenéis en nosotros. Porque, hay muchos de quienes os decía con frecuencia, y ahora hasta con lágrimas lo digo, que se portan como enemigos de la cruz de Cristo: su paradero es la perdición; su Dios, es el vientre; y su gloria, está en su vergüenza. Sólo en las cosas de la tierra ponen su corazón.

En cambio para nosotros, nuestros derechos de ciudadanía radican en los cielos, de donde esperamos que venga como salvador, Cristo, Jesús el Señor: El transfigurará nuestro cuerpo de humilde condición, en un cuerpo glorioso, semejante al suyo en virtud del poder que tiene para someter a su imperio todas las cosas.

Así, pues, hermanos a quienes tanto amo y a quienes tanto deseo ver, vosotros sois mi gozo y mi corona. Perseverad firmes en el Señor. Estad siempre alegres en el Señor. Otra vez os lo digo, estad alegres. Que vuestra bondad sea conocida de todos. El Señor está cerca.

No os inquietéis por cosa alguna. Pero en toda necesidad presentad a Dios vuestras peticiones mediante la oración y la súplica, acompañadas con la acción de gracias. Y la paz de Dios, que está por encima de todo conocimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

Finalmente, todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable, todo lo que es virtud o mérito, tenedlo en cuenta, hermanos . Seguid practicando lo que habéis aprendido y recibido, lo que habéis oído y visto en mí, y el Dios de la paz estará con vosotros.

Responsorio
R. Estén ceñidos vuestros lomos, y encendidas vuestras lámparas; Así seréis como los siervos que están esperando a su amo de regreso de las bodas.
V. Velad, porque no sabéis cuándo vendrá vuestro Señor.
R. Así seréis como los siervos que están esperando a su amo de regreso de las bodas.

SEGUNDA LECTURA

De los hechos de san Ignacio recibidos por Luis Goncalves de labios del mismo santo
(Cap. 1, 5-9: Acta Sanctorum Iulii 7 [1868], 647)

EXAMINAD SI LOS ESPÍRITUS PROVIENEN DE DIOS

Ignacio era muy aficionado a los llamados libros de caballerías, narraciones llenas de historias fabulosas e imaginarias. Cuando se sintió restablecido, pidió que le trajeran algunos de esos libros para entretenerse, pero no se halló en su casa ninguno; entonces le dieron para leer un libro llamado Vida de Cristo y otro que tenía por título Flos sanctorum, escritos en su lengua materna.

Con la frecuente lectura de estas obras, empezó a sentir algún interés por las cosas que en ellas se trataban. A intervalos volvía su pensamiento a lo que había leído en tiempos pasados y entretenía su imaginación con el recuerdo de las vanidades que habitualmente retenían su atención durante su vida anterior.

Pero entretanto iba actuando también la misericordia divina, inspirando en su ánimo otros pensamientos, además de los que suscitaba en su mente lo que acababa de leer. En efecto, al leer la vida de Jesucristo o de los santos, a veces se ponía a pensar y se preguntaba a sí mismo: «¿Y si yo hiciera lo mismo que san Francisco o que santo Domingo?» Y, así, su mente estaba siempre activa. Estos pensamientos duraban mucho tiempo, hasta que, distraído por cualquier motivo, volvía a pensar, también por largo tiempo, en las cosas vanas y mundanas. Esta sucesión de pensamientos duró bastante tiempo.

Pero había una diferencia; y es que, cuando pensaba en las cosas del mundo, ello le producía de momento un gran placer; pero cuando, hastiado, volvía a la realidad, se sentía triste y árido de espíritu; por el contrario, cuando pensaba en la posibilidad de imitar las austeridades de los santos, no sólo entonces experimentaba un intenso gozo, sino que además tales pensamientos lo dejaban lleno de alegría. De esta diferencia él no se daba cuenta ni le daba importancia, hasta que un día se le abrieron los ojos del alma y comenzó a admirarse de esta diferencia que experimentaba en sí mismo, que, mientras una clase de pensamientos lo dejaban triste, otros, en cambio, alegre. Y así fue como empezó a reflexionar seriamente en las cosas de Dios. Más tarde, cuando se dedicó a las prácticas espirituales, esta experiencia suya le ayudó mucho a comprender lo que sobre la discreción de espíritus enseñaría luego a los suyos.

RESPONSORIO 1Pe 4, 11. 8

R. El que toma la palabra que hable palabra de Dios. El que se dedica al servicio que lo haga en virtud del encargo recibido de Dios. * Así, Dios será glorificado en todo, por medio de Jesucristo.
V. Ante todo, teneos una constante caridad unos con otros.
R. Así, Dios será glorificado en todo, por medio de Jesucristo.

OREMOS,
Señor Dios, que suscitaste en tu Iglesia a san Ignacio de Loyola para que extendiera más la gloria de tu nombre, concédenos que, a imitación suya y apoyados en su auxilio, libremos también en la tierra el noble combate de la fe, para que merezcamos ser coronados juntamente con él en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén

CONCLUSIÓN

V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.