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Vísperas – oración de la tarde – jueves 11 agosto 2022

Vísperas

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Himno

Clara, virgen amable, esposa enamorada, dulce nos es tu nombre, muy suave tu fragancia.

El gozo de la cruz danos, benigna hermana; danos tu amor castísimo y la pobreza santa.

Gloria al hijo doliente en la cruz levantada; gloria a Jesús excelso en la paz de la patria. Amén.

Salmodia

Ant: Que tus fieles, Señor, te aclamen al entrar en tu morada.

Salmo 131

Promesas a la casa de David

Señor, tenle en cuenta a David todos sus afanes: cómo juró al Señor e hizo voto al Fuerte de Jacob:

«No entraré bajo el techo de mi casa, no subiré al lecho de mi descanso, no daré sueño a mis ojos, ni reposo a mis párpados, hasta que encuentre un lugar para el Señor, una morada para el Fuerte de Jacob.»

Oímos que estaba en Efrata, la encontramos en el Soto de Jaar: entremos en su morada, postrémonos ante el estrado de sus pies.

Levántate, Señor, ven a tu mansión, ven con el arca de tu poder: que tus sacerdotes se vistan de gala, que tus fieles te aclamen.
Por amor a tu siervo David, no niegues audiencia a tu Ungido.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Que tus fieles, Señor, te aclamen al entrar en tu morada.

Ant: El Señor ha elegido a Sión, ha deseado vivir en ella.

Salmo 131

El Señor ha jurado a David una promesa que no retractará: «A uno de tu linaje pondré sobre tu trono.

Si tus hijos guardan mi alianza y los mandatos que les enseño también sus hijos por siempre se sentarán sobre tu trono.»

Porque el Señor ha elegido a Sión ha deseado vivir en ella: «Ésta es mi mansión por siempre aquí viviré porque la deseo.

Bendeciré sus provisiones a sus pobres los saciaré de pan; vestiré a sus sacerdotes de gala y sus fieles aclamarán con vítores.

Haré germinar el vigor de David enciendo una lámpara para mi Ungido.
A sus enemigos los vestiré de ignominia sobre él brillará mi diadema.»

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: El Señor ha elegido a Sión, ha deseado vivir en ella.

Ant: El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos le servirán.

Cántico

El juicio de Dios

Gracias te damos Señor Dios omnipotente el que eres y el que eras porque has asumido el gran poder y comenzaste a reinar.

Se encolerizaron las naciones llegó tu cólera y el tiempo de que sean juzgados los muertos y de dar el galardón a tus siervos los profetas y a los santos y a los que temen tu nombre y a los pequeños y a los grandes y de arruinar a los que arruinaron la tierra.

Ahora se estableció la salud y el poderío y el reinado de nuestro Dios y la potestad de su Cristo; porque fue precipitado el acusador de nuestros hermanos el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.

Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero y por la palabra del testimonio que dieron y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto estad alegres cielos y los que moráis en sus tiendas.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos le servirán.

Lectura 1P 3,8-9
Procurad todos tener un mismo pensar y un mismo sentir: con afecto fraternal, con ternura, con humildad. No devolváis mal por mal o insulto por insulto; al contrario, responded con una bendición, porque para esto habéis sido llamados: para heredar una bendición.

Responsorio

V/. El Señor nos alimentó con flor de harina.
R/. El Señor nos alimentó con flor de harina.

V/. Nos sació con miel silvestre.
R/. Con flor de harina.

V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
R/. El Señor nos alimentó con flor de harina.

Cántico Evangélico

Ant: El Señor derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes.

Cántico de la Santísima Virgen María

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia como lo había prometido a nuestros padres en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: El Señor derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes.

Preces

Invoquemos a Cristo, pastor, protector y ayuda de su pueblo, diciendo:

Señor, refugio nuestro, escúchanos.

-Bendito seas, Señor, que nos has llamado a tu santa Iglesia; haz que seamos fieles a esta dignación de tu amor.

-Tú que has encomendado al papa N. la preocupación por todas las Iglesias, concédele una fe inquebrantable, una esperanza viva y una caridad solícita.

-Da a los pecadores la conversión, a los que caen, fortaleza, y concede a todos la penitencia y la salvación.

-Tú que quisiste habitar en un país extranjero, acuérdate de los que viven lejos de su familia y de su patria.

Concluyamos nuestra oración diciendo juntos las palabras de Jesús, nuestro

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.

Oración final

Oh Dios, que infundiste en santa Clara un profundo amor a la pobreza evangélica, concédenos, por su intercesión, que, siguiendo a Cristo en la pobreza de espíritu, merezcamos llegar a contemplarte en tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén.

Conclusión

El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén.

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