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Vísperas – oración de la tarde – jueves 14 abril 2022

Vísperas

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor date prisa en socorrerme.

Himno

En la Cena del Cordero y habiendo ya cenado, acabada la figura, comenzó lo figurado.

Por mostrar Dios a los suyos cómo está de amor llagado, todas las mercedes juntas en una la ha cifrado.

Pan y vino material en sus manos ha tomado y, en lugar de pan y vino, cuerpo y sangre les ha dado.

Si un bocado nos dio muerte, la vida se da en bocado; si el pecado dio el veneno, el remedio Dios lo ha dado.

Haga fiesta el cielo y tierra y alégrese lo criado, pues Dios, no cabiendo en ello,
en mi alma se ha encerrado. Amén.

Salmodia

Ant. 1 El primogénito de entre los muertos, el príncipe de los reyes de la tierra ha hecho de nosotros un reino para Dios, su Padre.

Salmo 71

Dios mío, confía tu juicio al rey, tu justicia al hijo de reyes, para que rijas a tu pueblo con justicia, a tus humildes con rectitud.

Que los montes traigan paz, y los collados justicia; que él defienda a los humildes del pueblo, socorra a los hijos del pobre y quebrante al explotador.

Que dure tanto como el sol, como la luna, de edad en edad; que baje como lluvia al césped, como llovizna que empapa la tierra.

Que en sus días florezca la justicia y la paz hasta que falte la luna.

Que domine de mar a mar, del Gran Río hasta el confín de la tierra.

Que en su presencia se inclinen sus rivales; que sus enemigos muerdan el polvo; que los reyes de Tarsis y de las islas le paguen tributo.

Que los reyes de Saba y Arabia le ofrezcan sus dones, que se postren ante él todos los reyes, y que todos los pueblos le sirvan.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 1 El primogénito de entre los muertos, el príncipe de los reyes de la tierra ha hecho de nosotros un reino para Dios, su Padre.

Ant. 2 El Señor librará al pobre que clamaba, al afligido que no tenía protector.

Él librará al pobre que clamaba, al afligido que no tenía protector; él se apiadará del pobre y del indigente, y salvará la vida de los pobres; Él rescatará sus vidas de la violencia, su sangre será preciosa a sus ojos.

Que haya trigo abundante en los campos, y ondee en lo alto de los montes,
den fruto como el Líbano, y broten las espigas como las hiervas del campo.

Que su nombre sea eterno, y su fama como el sol; que él sea la bendición de todos los pueblos, y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra.

Bendito sea el Señor, Dios de Israel, el único que hace maravillas; bendito por siempre su nombre glorioso, que su gloria llene la tierra. ¡Amén, Amén.!

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 2 El Señor librará al pobre que clamaba, al afligido que no tenía protector.
Ant. 3 Los santos vencieron en la virtud de la sangre del Cordero y por la palabra del testimonio que dieron.

Cántico

Ap. 11, 17-18; 12, 10b-12ª

Gracias te damos, Señor Dios omnipotente, el que eres y el que eras, porque has asumido el gran poder y comenzaste a reinar.

Se encolerizaron las naciones, llegó tu cólera, y el tiempo de que sean juzgados los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, y a los santos y a los que temen tu nombre, y a los pequeños y a los grandes, y de arruinar a los que arruinaron la tierra.

Ahora se estableció la salud y el poderío, y el reinado de nuestro Dios, y la potestad de su Cristo; porque fue precipitado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.

Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero y por la palabra del testimonio que dieron, y no amaron tanto su vida que temieran la muerte. Por esto, estad alegres, cielos, y los que moráis en sus tiendas.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 3 Los santos vencieron en la virtud de la sangre del Cordero y por la palabra del testimonio que dieron.

Lectura

Hb 13, 12-15

Jesús, para santificar con su propia sangre al pueblo, padeció la muerte fuera de la ciudad. Salgamos, pues, hacia él fuera del campamento, cargando con su oprobio. Porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que vamos buscando la futura. Por medio de él ofrezcamos continuamente a Dios un sacrificio de alabanza, es decir, el tributo de los labios que van bendiciendo su nombre.

Responsorio

Cristo, por nosotros se sometió incluso a la muerte.

Cántico

Ant. Cuando estaban cenando, Jesús tomó pan, rezó la bendición, lo partió y lo dió a sus discípulos.

Cántico de la Santísima Virgen María
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de viene y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia como lo había prometido a nuestros padres en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Preces

Adoremos a nuestro Salvador, que en la última Cena, la noche misma en que iba a ser entregado, confió a su Iglesia la celebración perene del memorial de su muerte y resurrección; oremos, diciendo:

Santifica, Señor, el pueblo que redimiste con tu sangre.

-Redentor nuestro, concédenos que por la penitencia nos unamos más plenamente a tu pasión, para que consigamos la gloria de la resurrección.

-Concédenos la protección de tu Madre, consuelo de los afligidos, para poder nosotros consolar a los que están atribulados, mediante el consuelo con que tú nos consuelas.

-Haz que tus fieles participen en tu pasión mediante los sufrimientos de su vida, para que se manifiesten a los hombres los frutos de la salvación.

-Tú que te humillaste, haciéndote obediente hasta la muerte y una muerte de cruz, concede a tus fieles obediencia y paciencia.

Haz que los difuntos sean transformados a semejanza de tu cuerpo glorioso, y a nosotros concédenos también que un día participemos de tu felicidad. Unidos fraternalmente, acudamos ahora al Padre de todos.
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.

Oración

Dios nuestro, que, para tu mayor gloria y para la salvación del género humano, has constituido a Jesucristo como sumo y eterno sacerdote, haz que el pueblo que él conquistó con su sangre reciba plenamente,
al participar del memorial de su pasión, los tesoros que dimanan de su muerte y resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

 

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