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Vísperas – oración de la tarde – jueves 22 junio 2023

Vísperas

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor date prisa en socorrerme.

HIMNO

Enfría, Señor, mi boca;
Señor, reduce mi brasa;
dame, como te lo pido,
concordia de cuerpo y alma.

Frente al perverso oleaje
ponme costado de gracia;
dame, como te demando,
concordia de cuerpo y alma.

Señor, mitiga mi angustia;
remite, Señor, mi ansia;
dame, como te la clamo,
concordia de cuerpo y alma.

No dejes que los sentidos
me rindan en la batalla;
Señor, Señor, no me nieges
concordia de cuerpo y alma. Amén.

SALMODIA

Ant. 1 Que tus fieles, Señor, te aclamen al
entrar en tu morada.

Salmo 131
-I-

Señor, tenle en cuenta a David
todos sus afanes:
cómo juró al Señor
e hizo voto al Fuerte de Jacob:

«No entraré bajo el techo de mi casa,
no subiré al lecho de mi descanso,
no daré sueño a mis ojos,
ni reposo a mis párpados,
hasta que encuentre un lugar para el Señor,
una morada para el Fuerte de Jacob.»

Oímos que estaba en Efrata,
la encontramos en el Soto de Jaar:
entremos en su morada,
postrémonos ante el estrado de sus pies.

Levántate, Señor, ven a tu mansión,
ven con el arca de tu poder:
que tus sacerdotes se vistan de gala,
que tus fieles te aclamen.
Por amor a tu siervo David,
no niegues audiencia a tu Ungido.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 1 Que tus fieles, Señor, te aclamen al
entrar en tu morada.

Ant. 2 El Señor ha elegido a Sión, ha deseado
vivir en ella.

Salmo 131 -II-

El Señor ha jurado a David
una promesa que no retractará:
«A uno de tu linaje
pondré sobre tu trono.

Si tus hijos guardan mi alianza
y los mandatos que les enseño,
también sus hijos, por siempre,
se sentarán sobre tu trono.»

Porque el Señor ha elegido a Sión,
ha deseado vivir en ella:
«Ésta es mi mansión por siempre,
aquí viviré, porque la deseo.

Bendeciré sus provisiones,
a sus pobres los saciaré de pan;
vestiré a sus sacerdotes de gala,
y sus fieles aclamarán con vítores.

Haré germinar el vigor de David,
enciendo una lámpara para mi Ungido.
A sus enemigos los vestiré de ignominia,
sobre él brillará mi diadema.»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 2 El Señor ha elegido a Sión, ha deseado
vivir en ella.

 

Ant. 3. El Señor le dio el poder, el honor
y el reino, y todos los pueblos le servirán.

Cántico
Ap 11,17-18; 12,10b-12a

Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,
el que eres y el que eras,
porque has asumido el gran poder
y comenzaste a reinar.

Se encolerizaron las naciones,
llegó tu cólera,
y el tiempo de que sean juzgados los muertos,
y de dar el galardón a tus siervos los profetas,
y a los santos y a los que temen tu nombre,
y a los pequeños y a los grandes,
y de arruinar a los que arruinaron la tierra.

Ahora se estableció la salud y el poderío,
y el reinado de nuestro Dios,
y la potestad de su Cristo;
porque fue precipitado
el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.

Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero
y por la palabra del testimonio que dieron,
y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.
Por esto, estad alegres, cielos,
y los que moráis en sus tiendas.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 3 El Señor le dio el poder, el honor
y el reino, y todos los pueblos le servirán.

LECTURA BREVE

1Pe 3, 8-9

Procurad todos ser un mismo pensar y un mismo
sentir: con afecto fraternal, con ternura, con humil-
dad. No devolváis mal por mal o insulto por insulto;
al contrario, responded con una bendición, porque
vuestra vocación mira a esto: a heredar una ben-
dición.

RESPONSORIO BREVE

V. Nos alimentó el Señor con flor de harina.
R. Nos alimentó el Señor con flor de harina.

V. Nos sació con miel silvestre.
R. Con flor de harina.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Nos alimentó el Señor con flor de harina.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. El Señor derriba del trono a los poderosos y
enaltece a los humildes.

Cántico de la Santísima Virgen María
Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes
por mí:
su nombre es santo
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
–como lo había prometido a nuestros padres–
en favor de Abraham y su descendencia
por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. El Señor derriba del trono a los poderosos y
enaltece a los humildes.

PRECES.

Invoquemos a Cristo, pastor, protector y ayuda de
su pueblo, diciendo:
Señor, refugio nuestro, escúchanos.
Bendito seas, Señor, que nos has llamado a tu santa
Iglesia;
haz que seamos fieles a esta dignación de tu amor.
Señor, refugio nuestro, escúchanos.

Tú que haz encomendado al papa N. la preocupa-
ción por todas las Iglesias,
concédele una fe inquebrantable, una esperanza
viva y una caridad solícita.
Señor, refugio nuestro, escúchanos.

Da a los pecadores la conversión, a los que caen,
fortaleza,
y concede a todos la penitencia y la salvación.
Señor, refugio nuestro, escúchanos.
Tú que permitiste que tu Hijo habitara en un país
extranjero,
acuérdate de los que viven lejos de su familia y
de su patria.
Señor, refugio nuestro, escúchanos.

A todos los difuntos que esperaron en ti,
concédeles el descanso eterno.
Señor, refugio nuestro, escúchanos.

Ya que por Jesucristo somos hijos de Dios, oremos
con plena confianza a Dios nuestro Padre:
Padre Nuestro ……..

ORACIÓN.
Dios todopoderoso, te damos gracias por el día que
termina e imploramos tu clemencia para que nos per-
dones benignamente todas las faltas que, por la fra-
gilidad de la condición humana, en él hayamos co-
metido. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

CONCLUSIÓN.

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal
y nos lleve a la vida eterna.
R, Amén.

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