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Vísperas – oración de la tarde – lunes 18 abril 2022

Vísperas

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor date prisa en socorrerme.

Himno

Cantarán, llorarán razas y hombres, buscarán la esperanza en el dolor, el secreto de vida es ya presente: resucitó el Señor.
Dejarán de llorar los que lloraban, brillará en su mirar la luz del sol, ya la causa del hombre está ganada: resucitó el Señor.
Volverán entre cánticos alegres los que fueron llorando a su labor, traerán en sus brazos la cosecha: resucitó el Señor.
Cantarán a Dios Padre eternamente la alabanza de gracias por su don, en Jesús ha brillado su Amor santo: resucitó el Señor. Amén.

Salmodia

Ant 1. María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. Aleluya.
Salmo 109
Oráculo del Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos
estrado de tus pies.»
Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu cetro: somete en la batalla a tus enemigos.
«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento, entre esplendores sagrados; yo mismo te engendré, como rocío, antes de la aurora.»
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: «Tú eres sacerdote eterno según el rito de Melquisedec.»
El Señor a tu derecha, el día de su ira, quebrantará a los reyes.
En su camino beberá del torrente, por eso levantará la cabeza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. Aleluya.
Ant 2. Venid y ved el lugar donde habían puesto al Señor. Aleluya.

Salmo 113

Cuando Israel salió de Egipto, los hijos de Jacob de un pueblo balbuciente,
Judá fue su santuario, Israel fue su dominio.
El mar, al verlos, huyó, el Jordán se echó atrás; los montes saltaron como carneros; las colinas, como corderos.
¿Qué te pasa, mar, que huyes, y a ti, Jordán, que te echas atrás? ¿Y a vosotros, montes, que saltáis como carneros; colinas, que saltáis como corderos?
En presencia del Señor se estremece la tierra, en presencia del Dios de Jacob; que transforma las peñas en estanques, el pedernal en manantiales de agua.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid y ved el lugar donde habían puesto al Señor. Aleluya.
Ant 3. Dijo Jesús: «No temáis. Id a decir a mis hermanos que vayan a Galilea, que allí me verán.» Aleluya.

Cántico

El cántico siguiente se dice con todos los Aleluya intercalados cuando el oficio es cantado. Cuando el Oficio se dice sin canto es suficiente decir el Aleluya sólo al principio y al final de cada estrofa.

Aleluya.
La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios
(R. Aleluya)
porque sus juicios son verdaderos y justos.
R. Aleluya, (aleluya).

Aleluya.
Alabad al Señor sus siervos todos.
(R. Aleluya)
Los que le teméis, pequeños y grandes.
R. Aleluya, (aleluya).

Aleluya.
Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo.
(R. Aleluya)
Alegrémonos y gocemos y démosle gracias.
R. Aleluya, (aleluya).

Aleluya.
Llegó la boda del cordero.
(R. Aleluya)
Su esposa se ha embellecido.
R. Aleluya, (aleluya).

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dijo Jesús: «No temáis. Id a decir a mis hermanos que vayan a Galilea, que allí me verán.» Aleluya.
Lectura
Tenemos un sumo sacerdote que está sentado a la diestra del trono de la Majestad en los cielos. Él es ministro del santuario y de la verdadera Tienda de Reunión, que fue fabricada por el Señor y no por hombre alguno. Todo sumo sacerdote es instituido para ofrecer oblaciones y sacrificios.

Responsorio

En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona: Éste es el día en que actuó el Señor: sea él nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Cántico
Ant. Jesús salió al encuentro de las mujeres y les dijo: «Buenos días.» Ellas se acercaron y se abrazaron a sus pies. Aleluya.
Cántico de María
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia como lo había prometido a nuestros padres en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Jesús salió al encuentro de las mujeres y les dijo: «Buenos días.» Ellas se acercaron y se abrazaron a sus pies. Aleluya.

Preces

Con espíritu gozoso, invoquemos a Cristo, a cuya humanidad dio vida el Espíritu Santo, haciéndolo fuente de vida para los hombres, y digámosle:
Renueva y da vida a todas las cosas, Señor.
-Cristo, salvador del mundo y rey de la nueva creación, haz que, ya desde ahora, con el espíritu vivamos en tu reino, donde estás sentado a la derecha del Padre.
-Señor, tú que vives en tu Iglesia hasta el fin de los tiempos, condúcela por el Espíritu Santo al conocimiento de toda verdad.
-Que los enfermos, los moribundos y todos los que sufren encuentren luz en tu victoria, y que tu gloriosa resurrección los consuele y los conforte.
-Al terminar este día, te ofrecemos nuestro homenaje, oh Cristo, luz imperecedera, y te pedimos que con la gloria de tu resurrección ilumines a nuestros hermanos difuntos.
Porque Jesucristo nos ha hecho participar de su propia vida, somos hijos de Dios y por ello nos atrevemos a decir:
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.

Oración

Dios nuestro, que haces crecer a tu Iglesia dándole continuamente nuevos hijos por el bautismo, concédenos ser siempre fieles en nuestra vida a la fe que en ese sacramento hemos recibido. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
Conclusión
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

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