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Vísperas – oración de la tarde – martes 10 mayo 2022

Vísperas

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno:

Cantarán, llorarán razas y hombres, buscarán la esperanza en el dolor, el secreto de vida es ya presente: resucitó el Señor.

Dejarán de llorar los que lloraban, brillará en su mirar la luz del sol, ya la causa del hombre está ganada: resucitó el Señor.

Volverán entre cánticos alegres los que fueron llorando a su labor, traerán en sus brazos la cosecha: resucitó el Señor.

Cantarán a Dios Padre eternamente la alabanza de gracias por su don, en Jesús ha brillado su Amor santo: resucitó el Señor. Amén.

Salmodia

Ant 1. El que está en Cristo es una nueva creación. Aleluya.

Salmo 135

Dad gracias al Señor porque es bueno: porque es eterna su misericordia.

Dad gracias al Dios de los dioses: porque es eterna su misericordia.

Dad gracias al Señor de los señores: porque es eterna su misericordia.

Sólo él hizo grandes maravillas: porque es eterna su misericordia.

Él hizo sabiamente los cielos: porque es eterna su misericordia.

El afianzó sobre las aguas la tierra: porque es eterna su misericordia.

Él hizo lumbreras gigantes: porque es eterna su misericordia.

El sol que gobierna el día: porque es eterna su misericordia.

La luna que gobierna la noche: porque es eterna su misericordia.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. El que está en Cristo es una nueva creación. Aleluya.
Ant 2. Amemos a Dios porque él nos ha amado antes. Aleluya.

Salmo 135

El hirió a Egipto en sus primogénitos: porque es eterna su misericordia.

Y sacó a Israel de aquel país: porque es eterna su misericordia.

Con mano poderosa, con brazo extendido: porque es eterna su misericordia.

Él dividió en dos partes el mar Rojo: porque es eterna su misericordia.

Y condujo por en medio a Israel: porque es eterna su misericordia.

Arrojó en el mar Rojo al Faraón: porque es eterna su misericordia.

Guio por el desierto a su pueblo: porque es eterna su misericordia.

Él hirió a reyes famosos: porque es eterna su misericordia.

Dio muerte a reyes poderosos: porque es eterna su misericordia.

A Sijón, rey de los amorreos: porque es eterna su misericordia.

Y a Hog, rey de Basán: porque es eterna su misericordia.

Les dio su tierra en heredad: porque es eterna su misericordia.

En heredad a Israel, su siervo: porque es eterna su misericordia.

En nuestra humillación se acordó de nosotros: porque es eterna su misericordia.

Y nos libró de nuestros opresores: porque es eterna su misericordia.

Él da alimento a todo viviente: porque es eterna su misericordia.

Dad gracias al Dios del cielo: porque es eterna su misericordia.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Amemos a Dios porque él nos ha amado antes. Aleluya.
Ant 3. De su plenitud todos hemos recibido gracia tras gracia. Aleluya.

Cántico

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

El nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos consagrados e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Éste es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante: hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. De su plenitud todos hemos recibido gracia tras gracia. Aleluya.

Lectura

Tenemos un sumo sacerdote que está sentado a la diestra del trono de la Majestad en los cielos. Él es ministro del santuario y de la verdadera Tienda de Reunión, que fue fabricada por el Señor y no por hombre alguno. Todo sumo sacerdote es instituido para ofrecer oblaciones y sacrificios.

Responsorio

V. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya. Aleluya.
R. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya. Aleluya.

V. Al ver al Señor.
R. Aleluya. Aleluya.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya. Aleluya.

Cántico

Ant. Tengo otras ovejas que no son de este redil; es necesario que las recoja, y oirán mi voz, para que se forme un solo rebaño y un solo pastor. Aleluya.

Cántico de María.

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia como lo había prometido a nuestros padres en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Tengo otras ovejas que no son de este redil; es necesario que las recoja, y oirán mi voz, para que se forme un solo rebaño y un solo pastor. Aleluya.

Preces

Llenos de gozo, oremos a Cristo, el Señor, que con su resurrección ha iluminado al mundo entero, y digámosle:

Cristo, vida nuestra, escúchanos.

-Señor Jesús, que te hiciste compañero de camino de los discípulos que dudaban de ti, acompaña también a tu Iglesia peregrina entre las dificultades e incertidumbres de esta vida.

-No permitas que tus fieles sean tardos y necios para creer, y aumenta su fe para que te proclamen vencedor de la muerte.

-Mira, Señor, con bondad a cuantos no te reconocieron en su camino, y manifiéstate a ellos para que te confiesen como salvador suyo.

-Tú que por la cruz reconciliaste a todos los hombres, uniéndolos, en tu cuerpo, concede la paz y la unidad a las naciones.

Tú que eres el juez de vivos y muertos, otorga a los difuntos que creyeron en ti la remisión de todas sus culpas.

Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor:

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.

Oración

Oh Dios, que por medio de la humillación de tu Hijo levantaste a la humanidad caída, conserva a tus fieles en continua alegría y concede los gozos del cielo a quienes has librado de la esclavitud del pecado. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

Conclusión

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

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