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Vísperas – oración de la tarde – martes 16 agosto 2022

Vísperas

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya

Himno

Tú que eres Cristo, el esplendor y el día, y de la noche ahuyentas las tinieblas,
Luz de Luz que a tus fieles cual luz te manifiestas, te pedimos, Señor, humildemente esta noche que estés de centinela, en ti hallemos reposo y la paz nos concedas.

Si se entregan al sueño nuestro ojos, en ti vigile el corazón alerta, y rogamos tus hijos, Señor, que nos protejas.

Defensor nuestro, míranos, rechaza al enemigo cruel que nos acecha y, a quienes redimiste con tu sangre, gobierna.

A ti Cristo, Señor del universo, y a ti, Padre, alabanza dondequiera, y al Amor, por los siglos loores. Amén.

Salmodia

Ant: Si me olvido de ti, Jerusalén, que se me paralice la mano derecha.

Salmo 136: Junto a los canales de Babilonia

Junto a los canales de Babilonia nos sentamos a llorar con nostalgia de Sión; en los sauces de sus orillas colgábamos nuestras cítaras.

Allí los que nos deportaron nos invitaban a cantar; nuestros opresores, a divertirlos: «Cantadnos un cantar de Sión.»

¡Cómo cantar un cántico del Señor en tierra extranjera! Si me olvido de ti, Jerusalén, que se me paralice la mano derecha;

que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti, si no pongo a Jerusalén en la cumbre de mis alegrías.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Si me olvido de ti, Jerusalén, que se me paralice la mano derecha.

Salmo 137: Acción de gracias

Ant: Te doy gracias, Señor, delante de los ángeles.

Te doy gracias, Señor, de todo corazón; delante de los ángeles tañeré para ti, me postraré hacia tu santuario, daré gracias a tu nombre:

por tu misericordia y tu lealtad, porque tú promesa supera a tu fama; cuando te invoqué, me escuchaste, acreciste el valor de mi alma.

Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra, al escuchar el oráculo de tu boca; canten los caminos del Señor, porque la gloria del Señor es grande.

El Señor es sublime, se fija en el humilde, y de lejos conoce al soberbio.

Cuando camino entre peligros, me conservas la vida; extiendes tu brazo contra la ira de mi enemigo, y tu derecha me salva.

El Señor completará sus favores conmigo: Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Te doy gracias, Señor, delante de los ángeles.

Cántico
Apocalipsis 4,11;5,9.10.12: Himno de los redimidos

Ant: Digno es el Cordero degollado de recibir el honor y la gloria.

Eres digno, Señor, Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y el poder, porque tú has creado el universo; porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.

Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos, porque fuiste degollado y con tu sangre compraste para Dios hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación; y has hecho de ellos para nuestro Dios un reino de sacerdotes, y reinan sobre la tierra.

Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Digno es el Cordero degollado de recibir el honor y la gloria.

Lectura Col 3,16
La palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; corregíos mutuamente. Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados.

V/. Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor.
R/. Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor.

V/. De alegría perpetua a tu derecha.
R/. en tu presencia, Señor.

V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
R/. Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor.

Cántico

Ant: Haz con nosotros, Señor, obras grandes, porque eres poderoso, y tu nombre es santo.

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia como lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Haz con nosotros, Señor, obras grandes, porque eres poderoso, y tu nombre es santo.

Preces

Invoquemos a Cristo, que da fuerza y poder a su pueblo, diciendo:

Señor, escúchanos

– Cristo, fortaleza nuestra, que nos has llamado a la luz de tu verdad, concede a todos tus fieles fidelidad y constancia.

– Haz, Señor, que los que gobiernan el mundo lo hagan conforme a tu querer, y que sus decisiones vayan encaminadas a la consecución de la paz.

– Tú que, con cinco panes, saciaste a la multitud, enséñanos a socorrer con nuestros bienes a los hambrientos.

– Que los que tienen en su mano los destinos de los pueblos no cuiden sólo del bienestar de su nación, sino que piensen también en los otros pueblos.

– Cuando vengas aquel día, para que en tus santos se manifieste tu gloria, da a nuestros hermanos difuntos la resurrección y la vida feliz.

Todos juntos, en familia, repitamos las palabras que nos enseñó Jesús y oremos al Padre, diciendo:

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.

Final

Puestos en oración ante ti, Señor, imploramos tu clemencia y te pedimos que los sentimientos de nuestro corazón concuerden siempre con las palabras de nuestra boca. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

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