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Vísperas I oración de la tarde I miércoles 02 febrero 2022

Vísperas

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Invocación inicial
V. Dios mío, ven en mi auxilio.

R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre. Como era (Aleluya).

Himno

De una Virgen hermosa celos tiene el sol, porque vio en sus brazos
otro Sol mayor.

Cuando del oriente salió el sol dorado, y otro Sol helado miró tan ardiente,
quitó de la frente la corona bella, y a los pies de la Estrella su lumbre adoró,
porque vio en sus brazos otro Sol mayor.

«Hermosa María -dice el sol, vencido-, de vos ha nacido el Sol que podía
dar al mundo el día que ha deseado.» Esto dijo, humillado, a María el sol,
porque vio en sus brazos otro Sol mayor.

Al Padre y al Hijo gloria y bendición, y al Espíritu Santo por los siglos honor. Amén.

Salmo 109,1-5.7: El Mesías, Rey y Sacerdote
Ant: Simeón había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor.

Oráculo del Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos
estrado de tus pies». Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento, entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío, antes de la aurora».

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: «Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec».

El Señor a tu derecha, el día de su ira, quebrantará a los reyes. En su camino beberá del torrente, por eso, levantará la cabeza.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Simeón había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor.

Salmo 129: Desde lo hondo, a ti grito, Señor

Ant: Ofrecieron por él al Señor un par de tórtolas o dos pichones.

Desde lo hondo a ti grito, Señor; Señor, escucha mi voz; estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? Pero de ti procede el perdón, y así infundes respeto.

Mi alma espera en el Señor, espera en su palabra; mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora. Aguarde Israel al Señor, como el centinela la aurora; porque del Señor viene la misericordia, la redención copiosa; y él redimirá a Israel de todos sus delitos.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Ofrecieron por él al Señor un par de tórtolas o dos pichones.

Cántico

Colosenses 1,12-20: Himno a Cristo, primogénito de toda criatura y primer resucitado de entre los muertos

Ant: Mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos.

Damos gracias a Dios Padre, que nos ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz.

Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido, por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de los pecados.
Él es imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque por medio de Él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles, Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades; todo fue creado por Él y para Él.

Él es anterior a todo, y todo se mantiene en Él. Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.

Porque en Él quiso Dios que residiera toda la plenitud. Y por Él quiso reconciliar consigo todos los seres: los del cielo y los de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos.

Lectura

Hb 4,15-16
No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado. Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente.

V/. El Señor ha dado a conocer a su Salvador.
R/. El Señor ha dado a conocer a su Salvador.
V/. A quien ha presentado ante todos los pueblos.
R/. A su Salvador.
V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
R/. El Señor ha dado a conocer a su Salvador.

Cántico Ev.

Ant: Hoy la bienaventurada Virgen María presentó al niño Jesús en el templo, y Simeón, lleno del Espíritu Santo, lo tomó en brazos y bendijo a Dios.

(se hace la señal de la cruz mientras se comienza a recitar)
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant: Hoy la bienaventurada Virgen María presentó al niño Jesús en el templo, y Simeón, lleno del Espíritu Santo, lo tomó en brazos y bendijo a Dios.

Preces

Adoremos a nuestro Salvador, que hoy fue presentado en el templo, y supliquémosle:
Que nuestros ojos, Señor, vean tu salvación
– Cristo Salvador, que eres luz para alumbrar a las naciones,
ilumina a los que no te conocen, para que crean en ti, Dios verdadero.
– Redentor nuestro, que eres gloria de tu pueblo Israel,
haz que tu Iglesia brille entre las naciones.
– Jesús, deseado de todos los pueblos, a quien los ojos del justo Simeón vieron como Salvador,
haz que tu salvación llegue a todos los hombres.
– Señor, en cuya presentación fue anunciada a María, tu madre, una espada de dolor,
fortalece a los que sufren tribulación por causa de tu servicio.
– Cristo, felicidad de los santos, a quien Simeón pudo ver antes morir, como era su ardiente deseo,
muéstrate a los difuntos que anhelan tu visión.

Movidos por el Espíritu Santo y llenos de su amor, dirijamos al Padre nuestra oración:

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.

Final

Dios todopoderoso y eterno, te rogamos humildemente que, así como tu Hijo unigénito, revestido de nuestra humanidad, ha sido presentado hoy en el templo, nos concedas, de igual modo, a nosotros la gracia de ser presentados delante de ti con el alma limpia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén.

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