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Vísperas – oración de la tarde – sábado 16 noviembre 2024

Vísperas

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor date prisa en socorrerme

INVOCACIÓN INICIAL

 

V. Dios mío, ven en mi auxilio

R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

 

Himno: LOS PUEBLOS QUE MARCHAN Y LUCHAN

 

Los pueblos que marchan y luchan

con firme tesón

aclamen al Dios de la vida.

Cantemos hosanna que viene el Señor.

 

Agiten laureles y olivos,

es Pascua de Dios,

mayores y niños repitan:

«Cantemos hosanna que viene el Señor.»

 

Jesús victorioso y presente

ofrece su don

a todos los justos del mundo.

Cantemos hosanna que viene el Señor.

 

Resuenen en todo camino

de paz y de amor

alegres canciones que digan:

«Cantemos hosanna que viene el Señor.»

 

Que Dios, Padre nuestro amoroso,

el Hijo y su Don

a todos protejan y acojan.

Cantemos hosanna que viene el Señor. Amén.

 

SALMODIA

 

Ant 1. Suba mi oración, Señor, como incienso en tu presencia.

 

Salmo 140, 1-9 – ORACIÓN ANTE EL PELIGRO

 

Señor, te estoy llamando, ven de prisa,

escucha mi voz cuando te llamo.

Suba mi oración como incienso en tu presencia,

el alzar de mis manos como ofrenda de la tarde.

 

Coloca, Señor, una guardia en mi boca,

un centinela a la puerta de mis labios;

no dejes inclinarse mi corazón a la maldad,

a cometer crímenes y delitos;

ni que con los hombres malvados

participe en banquetes.

 

Que el justo me golpee, que el bueno me reprenda,

pero que el ungüento del impío no perfume mi cabeza;

yo opondré mi oración a su malicia.

 

Sus jefes cayeron despeñados,

aunque escucharon mis palabras amables;

como una piedra de molino, rota por tierra,

están esparcidos nuestros huesos a la boca de la tumba.

 

Señor, mis ojos están vueltos a ti,

en ti me refugio, no me dejes indefenso;

guárdame del lazo que me han tendido,

de la trampa de los malhechores.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Suba mi oración, Señor, como incienso en tu presencia.

 

Ant 2. Tú eres mi refugio y mi heredad, Señor, en el país de la vida.

 

Salmo 141 – ORACIÓN DEL HOMBRE ABANDONADO: TU ERES MI REFUGIO

 

A voz en grito clamo al Señor,

a voz en grito suplico al Señor;

desahogo ante él mis afanes,

expongo ante él mi angustia,

mientras me va faltando el aliento.

 

Pero tú conoces mis senderos,

y que en el camino por donde avanzo

me han escondido una trampa.

 

Me vuelvo a la derecha y miro:

nadie me hace caso;

no tengo adónde huir,

nadie mira por mi vida.

 

A ti grito, Señor;

te digo: «Tú eres mi refugio

y mi heredad en el país de la vida.»

 

Atiende a mis clamores,

que estoy agotado;

líbrame de mis perseguidores,

que son más fuertes que yo.

 

Sácame de la prisión,

y daré gracias a tu nombre:

me rodearán los justos

cuando me devuelvas tu favor.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Tú eres mi refugio y mi heredad, Señor, en el país de la vida.

 

Ant 3. El Señor Jesús se rebajó; por eso Dios lo levantó sobre todo, por los siglos de los siglos.

 

Cántico: CRISTO, SIERVO DE DIOS, EN SU MISTERIO PASCUAL – Flp 2, 6-11

 

Cristo, a pesar de su condición divina,

no hizo alarde de su categoría de Dios,

al contrario, se anonadó a sí mismo,

y tomó la condición de esclavo,

pasando por uno de tantos.

 

Y así, actuando como un hombre cualquiera,

se rebajó hasta someterse incluso a la muerte

y una muerte de cruz.

 

Por eso Dios lo levantó sobre todo

y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;

de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble

en el cielo, en la tierra, en el abismo

y toda lengua proclame:

Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. El Señor Jesús se rebajó; por eso Dios lo levantó sobre todo, por los siglos de los siglos.

 

LECTURA BREVE Rm 11, 33-36

 

¡Qué abismo de riqueza es la sabiduría y ciencia de Dios! ¡Qué insondables son sus juicios y qué irrastreables sus caminos! ¿Quién ha conocido jamás la mente del Señor? ¿Quién ha sido su consejero? ¿Quién le ha dado primero, para que él le devuelva? Él es origen, camino y término de todo. A él la gloria por los siglos. Amén.

 

RESPONSORIO BREVE

 

V. Cuantas son tus obras, Señor.

R. Cuantas son tus obras, Señor.

 

V. Y todas las hiciste con sabiduría.

R. Tus obras, Señor.

 

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

R. Cuantas son tus obras, Señor.

 

CÁNTICO EVANGÉLICO

 

Ant. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

 

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

 

Proclama mi alma la grandeza del Señor,

se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;

porque ha mirado la humillación de su esclava.

 

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,

porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:

su nombre es santo,

y su misericordia llega a sus fieles

de generación en generación.

 

El hace proezas con su brazo:

dispersa a los soberbios de corazón,

derriba del trono a los poderosos

y enaltece a los humildes,

a los hambrientos los colma de bienes

y a los ricos los despide vacíos.

 

Auxilia a Israel, su siervo,

acordándose de su misericordia

-como lo había prometido a nuestros padres-

en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

 

 

PRECES

 

Glorifiquemos a Dios, Padre, Hijo, y Espíritu Santo, y supliquémosle diciendo:

 

Escucha a tu pueblo, Señor.

 

Padre todopoderoso, haz que abunde en la tierra la justicia

y que tu pueblo se alegre en la paz.

 

Que todos los pueblos entren a formar parte de tu reino

y que el pueblo judío sea salvado.

 

Que los esposos cumplan tu voluntad, vivan en concordia

y que sean siempre fieles a su mutuo amor.

 

Recompensa, Señor, a nuestros bienhechores

y concédeles la vida eterna.

 

Se pueden añadir algunas intenciones libres

 

Acoge con amor a los que han muerto víctimas del odio, de la violencia o de la guerra

y dales el descanso eterno.

 

Movidos por el Espíritu Santo, dirijamos al Padre la oración que Cristo nos enseñó:

 

Padre nuestro…

 

ORACIÓN

Señor, Dios nuestro, concédenos alegrarnos siempre en tu servicio, porque la profunda y verdadera alegría está en ser fiel a ti, autor de todo bien. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

 

CONCLUSIÓN

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.

R. Amén.