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Vísperas – oración de la tarde – viernes 06 mayo 2022

Vísperas

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Himno

Tu cuerpo es preciosa lámpara, llagado y resucitado, tu rostro es la luz del mundo, nuestra casa, tu costado.

Tu cuerpo es ramo de abril y blanca flor de espino, y el fruto que nadie sabe tras la flor eres tu mismo.

Tu cuerpo es salud sin fin, joven, sin daño de días; para el que busca vivir es la raíz de la vida. Amén.

Salmodia

Ant. 1 Yo, el Señor, soy el que te salva y el que te rescata. Aleluya.
Salmo 134

Alabad el nombre del Señor, alabadlo, siervos del Señor, que estáis en la casa del Señor, en los atrios de la casa de nuestro Dios.

Alabad al Señor porque es bueno, tañed para su nombre, que es amable. Porque él se escogió a Jacob, a Israel en posesión suya.

Yo sé que el Señor es grande, nuestro dueño más que todos los dioses. El Señor todo lo que quiere lo hace: en el cielo y en la tierra, en los mares y en los océanos.

Hace subir las nubes desde el horizonte, con los relámpagos desata la lluvia, suelta a los vientos de sus silos.

Él hirió a los primogénitos de Egipto, desde los hombres hasta los animales. Envió signos y prodigios en medio de ti, Egipto contra el Faraón, y sus ministros.

Hirió de muerte a pueblos numerosos, mató a reyes poderosos. A Sijón, rey de los amorreos; a Hog, rey de Basán, y a todos los reyes de Canaán. Y dio su tierra en heredad, en heredad a Israel , su pueblo.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 1 Yo, el Señor, soy el que te salva y el que te rescata. Aleluya.
Ant. 2 Bendito el reino que viene de nuestro padre David. Aleluya.

Señor, tu nombre es eterno; Señor, tu recuerdo de edad en edad. Porque el Señor gobierna a su pueblo y se complace de sus siervos.
Los ídolos de los gentiles son oro y plata, hechura de manos humanas: tienen boca y no hablan, tienen ojos y no ven,

tienen orejas y no oyen, no hay aliento en sus bocas. Sean lo mismo los que los hacen, cuantos confían en ellos.

Casa de Israel, bendice al Señor; casa de Aarón, bendice al Señor; casa de Leví, bendice al Señor; fieles del Señor, bendecid al Señor.

Bendito en Sión el Señor, que habita en Jerusalén.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 2 Bendito el reino que viene de nuestro padre David. Aleluya.
Ant. 3 Cantemos al Señor, sublime es su victoria. Aleluya.

Cántico Ap. 15,3-4

Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente, justos y verdaderos tus caminos, ¡oh rey de los siglos!

¿Quién no temerá, Señor, y glorificará tu nombre? Porque tú solo eres santo, porque vendrán todas las naciones y se postrarán en tu acatamiento, porque tus juicios se hicieron manifiesto.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 3 Cantemos al Señor, sublime es su victoria. Aleluya.

Lectura Hb 5, 8-10

Cristo, aunque era Hijo de Dios, aprendió por experiencia, en sus padecimientos, la obediencia y, habiendo así llegado hasta la plena consumación, se convirtió en causa de salvación para todos los que lo obedecen, proclamado por Dios sumo sacerdote «según el rito de Melquisedec».

Responsorio

V. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
R. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.

V. Al ver al Señor.
R. Aleluya, aleluya.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.

Cántico Evangélico

Ant. El que fue crucificado resucitó de entre los muertos y nos redimió. Aleluya.

Cántico de la Santísima Virgen María

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia como lo había prometido a nuestros padres en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. El que fue crucificado resucitó de entre los muertos y nos redimió. Aleluya.

Preces.
Invoquemos a Cristo, camino, verdad y vida, y digámosle: Hijo de Dios vivo, bendice a tu pueblo.

-Te rogamos, Señor, por los ministros de tu Iglesia: que, al distribuir entre sus hermanos el pan de vida, encuentren también ellos en el pan que distribuyen tu alimento y fortaleza.
-Te pedimos por todo el pueblo cristiano: que viva, Señor, como pide la vocación a que ha sido convocado y se esfuerce por mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz.
-Te pedimos por los que rigen los destinos de las naciones: que cumplan su misión con espíritu de justicia y con amor, para que haya paz y concordia entre los pueblos.
-Señor, que podamos celebrar tu santa resurrección con tus ángeles y tus santos y que nuestros hermanos difuntos, a quienes encomendamos a tu bondad, se alegren también en tu reino.
Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor:
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.

Oración.

Señor, ya que nos has dado a conocer los dones que nos trae la resurrección de tu Hijo, concédenos también que el Espíritu Santo, el Amor increado, nos haga resucitar a una nueva vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión.

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R, Amén.

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