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Vísperas – oración de la tarde – viernes 23 junio 2023

Vísperas

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor date prisa en socorrerme.

Himno: PROFETA DE SOLEDADES

Profeta de soledades, labio hiciste de tus iras para fustigar mentiras y para gritar verdades.

Desde el vientre escogido
fuiste tú el pregonero,

para anunciar al mundo

la presencia del Verbo.

 

El desierto encendido

fue tu ardiente maestro,

para allanar montañas

y encender los senderos.

 

Cuerpo de duro roble,

alma azul de silencio;

miel silvestre de rocas

y un jubón de camello.

 

No fuiste, Juan, la caña

tronchada por el viento;

sí la palabra ardiente

tu palabra de acero.

 

En el Jordán lavaste

al más puro Cordero,

que apacienta entre lirios

y duerme en los almendros.

 

En tu figura hirsuta

se esperanzó tu pueblo:

para una raza nueva

abriste cielos nuevos.

 

Sacudiste el azote

ante el poder soberbio;

y ante el Sol que nacía

se apagó tu lucero.

 

Por fin, en un banquete

y en el placer de un ebrio,

el vino de tu sangre

santificó el desierto.

 

Profeta de soledades,

labio hiciste de tus iras

para fustigar mentiras

y para gritar verdades. Amén.

 

SALMODIA

 

Ant 1. Isabel, esposa de Zacarías, dio a luz a un gran hombre: Juan Bautista, el precursor del Señor.

 

Salmo 112 – ALABADO SEA EL NOMBRE DEL SEÑOR

 

Alabad, siervos del Señor,

alabad el nombre del Señor.

Bendito sea el nombre del Señor,

ahora y por siempre:

de la salida del sol hasta su ocaso,

alabado sea el nombre del Señor.

 

El Señor se eleva sobre todos los pueblos,

su gloria sobre los cielos.

¿Quién como el Señor Dios nuestro,

que se eleva en su trono

y se abaja para mirar

al cielo y a la tierra?

 

Levanta del polvo al desvalido,

alza de la basura al pobre,

para sentarlo con los príncipes,

los príncipes de su pueblo;

a la estéril le da un puesto en la casa,

como madre feliz de hijos.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Isabel, esposa de Zacarías, dio a luz a un gran hombre: Juan Bautista, el precursor del Señor.

 

Ant 2. El precursor del Señor, Juan Bautista, nació del vientre de una anciana estéril.

 

Salmo 145 – FELICIDAD DE LOS QUE ESPERAN EN DIOS.

 

Alaba, alma mía, al Señor:

alabaré al Señor mientras viva,

tañeré para mi Dios mientras exista.

 

No confiéis en los príncipes,

seres de polvo que no pueden salvar;

exhalan el espíritu y vuelven al polvo,

ese día perecen sus planes.

 

Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,

el que espera en el Señor, su Dios,

que hizo el cielo y la tierra,

el mar y cuanto hay en él;

 

que mantiene su fidelidad perpetuamente,

que hace justicia a los oprimidos,

que da pan a los hambrientos.

 

El Señor liberta a los cautivos,

el Señor abre los ojos al ciego,

el Señor endereza a los que ya se doblan,

el Señor ama a los justos.

 

El Señor guarda a los peregrinos;

sustenta al huérfano y a la viuda

y trastorna el camino de los malvados.

 

El Señor reina eternamente,

tu Dios, Sión, de edad en edad.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. El precursor del Señor, Juan Bautista, nació del vientre de una anciana estéril.

 

Ant 3. Entre los nacidos de mujer no ha surgido nadie mayor que Juan Bautista.

 

EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN – Ef 1, 3-10

 

Bendito sea Dios,

Padre de nuestro Señor Jesucristo,

que nos ha bendecido en la persona de Cristo

con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

 

El nos eligió en la persona de Cristo,

antes de crear el mundo,

para que fuésemos consagrados

e irreprochables ante él por el amor.

 

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,

por pura iniciativa suya,

a ser sus hijos,

para que la gloria de su gracia,

que tan generosamente nos ha concedido

en su querido Hijo,

redunde en alabanza suya.

 

Por este Hijo, por su sangre,

hemos recibido la redención,

el perdón de los pecados.

El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia

ha sido un derroche para con nosotros,

dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

 

Éste es el plan

que había proyectado realizar por Cristo

cuando llegase el momento culminante:

hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,

las del cielo y las de la tierra.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Entre los nacidos de mujer no ha surgido nadie mayor que Juan Bautista.

LECTURA BREVE Hch 13, 23-25

Según lo prometido, Dios sacó para Israel de la descendencia de David un salvador, Jesús. Y su precursor fue Juan. Ya éste, antes de presentarse Jesús, había predicado a todo el pueblo de Israel un bautismo como señal de arrepentimiento. Y, cuando estaba para terminar su misión, solía decir: «No soy yo el que vosotros os imagináis. Pero, mirad, viene otro después de mí; y yo no soy digno de desatar su calzado.»

 

RESPONSORIO BREVE

 

V. Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas.

R. Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas.

 

V. El que viene después de mí ya existía antes que yo.

R. Enderezad sus sendas.

 

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

R. Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas.

 

CÁNTICO EVANGÉLICO

 

Ant. Cuando entró Zacarías en el santuario del Señor, se le apareció el ángel Gabriel, de pie a la derecha del altar del incienso.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

 

Proclama mi alma la grandeza del Señor,

se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;

porque ha mirado la humillación de su esclava.

 

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,

porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:

su nombre es santo,

y su misericordia llega a sus fieles

de generación en generación.

 

El hace proezas con su brazo:

dispersa a los soberbios de corazón,

derriba del trono a los poderosos

y enaltece a los humildes,

a los hambrientos los colma de bienes

y a los ricos los despide vacíos.

 

Auxilia a Israel, su siervo,

acordándose de su misericordia

-como lo había prometido a nuestros padres-

en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Cuando entró Zacarías en el santuario del Señor, se le apareció el ángel Gabriel, de pie a la derecha del altar del incienso.

 

PRECES

Oremos confiados al Señor, que eligió a Juan Bautista para anunciar a los hombres el reino de Cristo, y digámosle:

 

Guía, Señor, nuestros pasos por el camino de la paz.

 

Tú, Señor, que llamaste a Juan cuando estaba aún en las entrañas maternas y lo elegiste para que preparara los caminos de tu Hijo,

danos ánimos para seguir siempre a Cristo con la misma fidelidad con que Juan lo precedió.

Tú que concediste al Bautista reconocer al Cordero de Dios,

concede a la Iglesia anunciar a Cristo de tal manera que los hombres de nuestro tiempo puedan reconocerlo.

 

Tú que dispusiste que Juan menguase y que Cristo creciera,

enséñanos a saber humillarnos, para que brille Cristo a los ojos de los hombres.

 

Tú que, por el martirio de Juan, quisiste manifestar la justicia,

concédenos testificar tu verdad con valentía, sin temor a la tribulación.

 

Se pueden añadir algunas intenciones libres

 

Acuérdate, Señor, de los que han salido ya de este mundo

y colócalos en el reino de la luz y de la paz.

 

Dirijamos nuestra oración al Padre que está en los cielos, diciendo:

Padre nuestro…

ORACIÓN

 

Dios todopoderoso, haz que tu pueblo, siguiendo las exhortaciones de san Juan Bautista, progrese por las sendas de la salvación y llegue así, con seguridad, al encuentro del Mesías, anunciado por el santo precursor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

 

CONCLUSIÓN

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.

R. Amén.

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