Vísperas
V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor date prisa en socorrerme.
Himno
Hoy es del divino amor la encarnación amorosa, fineza que es tan costosa que a las demás da valor.
¿Qué bien al mundo no ha dado la encarnación amorosa, si aun la culpa fue dichosa por haberla ocasionado?
Ni ella sola ser podía causa, que, si se repara, para que Dios encarnara bastaba sólo María.
Aunque de ser encarnado pudo ser doble el motivo: de todos por compasivo, de ella por enamorado.
Y así al bajar este día al suelo por varios modos, fue por la culpa de todos y la gracia de María. Amén.
Salmodia
Ant 1. El ángel del Señor anunció a María, y concibió por obra del Espíritu Santo. Aleluya.
Salmo 109, 1-5. 7
Oráculo del Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos
estrado de tus pies.»
Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu cetro: somete en la batalla a tus enemigos.
«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento, entre esplendores sagrados; yo mismo te engendré, como rocío, antes de la aurora.»
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: «Tú eres sacerdote eterno según el rito de Melquisedec.»
El Señor a tu derecha, el día de su ira, quebrantará a los reyes.
En su camino beberá del torrente, por eso levantará la cabeza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El ángel del Señor anunció a María, y concibió por obra del Espíritu Santo. Aleluya.
Ant 2. No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, y se llamará Hijo del Altísimo. Aleluya.
Salmo 129
Desde lo hondo a ti grito, Señor; Señor, escucha mi voz; estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica.
Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? Pero de ti procede el perdón, y así infundes respeto.
Mi alma espera en el Señor, espera en su palabra; mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.
Aguarde Israel al Señor, como el centinela la aurora; porque del Señor viene la misericordia, la redención copiosa; y él redimirá a Israel de todos sus delitos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, y se llamará Hijo del Altísimo. Aleluya.
Ant 3. Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra. Aleluya.
Cántico: Himno a cristo, primogénito de toda creatura y primer resucitado de entre los muertos. cf. col 1, 12-20
Damos gracias a Dios Padre, que nos ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido, por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de los pecados.
Él es imagen de Dios invisible, primogénito de toda creatura; pues por medio de él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles, Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades; todo fue creado por él y para él.
Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él. Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud. Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas: haciendo la paz por la sangre de su cruz con todos los seres, así del cielo como de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra. Aleluya.
Lectura
Lo que existía desde un principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y lo que tocaron nuestras manos acerca de la Palabra de vida (porque la vida se ha manifestado, y nosotros hemos visto y testificamos y os anunciamos esta vida eterna, la que estaba con el Padre y se nos ha manifestado): lo que hemos visto y oído os lo anunciamos, a fin de que viváis en comunión con nosotros.
Responsorio
V. La Palabra se hizo carne, y puso su morada entre nosotros. Aleluya, aleluya.
R. La Palabra se hizo carne, y puso su morada entre nosotros. Aleluya, aleluya.
V. Ya al principio estaba con Dios.
R. Aleluya, aleluya.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. La Palabra se hizo carne, y puso su morada entre nosotros. Aleluya, aleluya.
Cántico
Ant. El ángel Gabriel saludó a María, diciendo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo, bendita tú entre las mujeres.» Aleluya.
Cántico de María.
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia como lo había prometido a nuestros padres en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El ángel Gabriel saludó a María, diciendo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo, bendita tú entre las mujeres.» Aleluya.
Preces
Acudamos a Dios Padre, que por medio del ángel anunció hoy a María su designio de salvarnos, y digámosle confiados:
Derrama, Señor, tu gracia sobre nosotros.
-Tú que elegiste a la Virgen María para madre de tu Hijo, ten piedad de todos los que esperamos la redención de Jesucristo.
-Tú que por boca de Gabriel anunciaste a María el gozo y la paz, concede a todo el mundo la alegría de la salvación y el don de una paz verdadera.
-Tú que por la aceptación de María y por obra del Espíritu Santo hiciste que tu Verbo habitara entre nosotros, haz que nosotros recibamos siempre a Cristo como lo recibió María.
-Tú que enalteces a los humildes y a los pobres los colmas de bienes, conforta a los que se sienten abatidos, socorre a los necesitados y ayuda a los moribundos.
-Tú que eres el único que realizas maravillas y el Dios para quien nada hay imposible, resucita a los muertos en el último día.
Ya que Cristo al hacerse hombre nos ha hermanado a todos, digamos a nuestro Padre común:
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
Oración
Señor Dios nuestro, que quisiste que tu Verbo se hiciera hombre en el seno de la Virgen María, concede a quienes proclamamos que nuestro Redentor es realmente Dios y hombre que lleguemos a ser partícipes de su naturaleza divina. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
Conclusión
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.