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Vísperas – oración de la tarde – viernes 30 diciembre 2022

Vísperas

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Himno: Al caer de la tarde

Al caer de la tarde, toda la casa era aromas de vino y tierna hogaza.
Mientras, la Madre era un ánfora llena de sus pesares.

Al caer de la tarde, la Madre hilaba con aquellas sus manos de virgen casta.
Mientras, el Niño soñaba que soñaba lirios y espinos.

Al caer de la tarde, en el silencio, aserraban las sierras del carpintero.
José pensaba que era el padre dichoso de la Palabra.

Al caer de la tarde, Señor, atiende la amargura infinita que el mundo tiene.
Colma el vacío de esta familia humana sin tu cariño. Amén.

Salmodia

Ant 1. Al cabo de tres días hallaron a Jesús en el templo, sentado en medio de los doctores, escuchándolos y haciéndoles preguntas.

Salmo 121 La ciudad santa de Jerusalén

¡Qué alegría cuando me dijeron: «Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén.

Jerusalén está fundada como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus, las tribus del Señor, según la costumbre de Israel, a celebrar el nombre del Señor; en ella están los tribunales de justicia en el palacio de David.

Desead la paz a Jerusalén: «Vivan seguros los que te aman, haya paz dentro de tus muros, seguridad en tus palacios.»

Por mis hermanos y compañeros, voy a decir: «La paz contigo.»
Por la casa del Señor, nuestro Dios, te deseo todo bien.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Al cabo de tres días hallaron a Jesús en el templo, sentado en medio de los doctores, escuchándolos y haciéndoles preguntas.

Ant 2. Jesús bajó a Nazaret con sus padres, y vivía sumiso a ellos.

Salmo 126 El esfuerzo humano es inútil sin Dios.

Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigilan los centinelas.

Es inútil que madruguéis, que veléis hasta muy tarde, los que coméis el pan de vuestros sudores: ¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!

La herencia que da el Señor son los hijos; una recompensa es el fruto de las entrañas: son saetas en mano de un guerrero los hijos de la juventud.

Dichoso el hombre que llena con ellas su aljaba: no quedará derrotado cuando litigue con su adversario en la plaza.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Jesús bajó a Nazaret con sus padres, y vivía sumiso a ellos.

Ant 3. Jesús fue progresando en perfección intelectual y física, y en gracia ante Dios y ante los hombres.

Cántico: El plan divino de salvación – Ef 1, 3-10

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos consagrados e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Éste es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante: hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza, las del cielo y las de la tierra.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Jesús fue progresando en perfección intelectual y física, y en gracia ante Dios y ante los hombres.

Lectura Flp 2, 6-7

Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios, al contrario, se anonadó a sí mismo, y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos.

Responsorio

V. Debía ser semejante en todo a sus hermanos, para poderse apiadar de ellos.
R. Debía ser semejante en todo a sus hermanos, para poderse apiadar de ellos.

V. Apareció en la tierra y convivió entre los hombres.
R. Para poderse apiadar de ellos.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Debía ser semejante en todo a sus hermanos, para poderse apiadar de ellos.

Cántico Evangélico

Ant. «Hijo mío, ¿por qué te has portado así con nosotros? Tu padre y yo te buscábamos llenos de angustia.» «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que debo estar en la casa de mi Padre?»

Cántico de María. Alegría del alma en el Señor Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia como lo había prometido a nuestros padres en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. «Hijo mío, ¿por qué te has portado así con nosotros? Tu padre y yo te buscábamos llenos de angustia.» «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que debo estar en la casa de mi Padre?»

Preces

Adoremos a Cristo, Hijo del Dios vivo, que quiso ser también hijo de una familia humana, y aclamémoslo, diciendo:

Tú eres, Señor, el modelo y el salvador de los hombres.

-Cristo Jesús. por el misterio de tu sumisión a María y a José, enséñanos a respetar y a obedecer a los que nos gobiernan legítimamente.

Tú eres, Señor, el modelo y el salvador de los hombres.

-Tú que amaste a tus padres y fuiste amado por ellos, afianza a todas las familias en el amor y la concordia.

Tú eres, Señor, el modelo y el salvador de los hombres.

-Tú que estuviste siempre atento a las cosas de tu Padre, haz que Dios sea honrado en todas las familias.

Tú eres, Señor, el modelo y el salvador de los hombres.

-Tú que quisiste que tus padres, angustiados, te encontraran al cabo de tres días en la casa de tu Padre, enséñanos a buscar siempre primero el reino de Dios y su justicia.

Tú eres, Señor, el modelo y el salvador de los hombres.

Tú que has dado parte en tu gloria a María y a José, admite también a nuestros difuntos en la familia de los santos.

Tú eres, Señor, el modelo y el salvador de los hombres.

Alegres porque Jesucristo nos ha hecho hijos de Dios, digamos:

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.

Oración

Dios nuestro, que has querido darnos en la Sagrada Familia ejemplos preclaros de virtudes domésticas, concédenos saber imitar su vida y su amor recíproco, para que un día podamos ir a disfrutar con ella de la alegría eterna de tu morada. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

Conclusión
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén.

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