Nunca te canses de hacer el bien.
El común denominador en la vida debe ser hacer el bien. Sin importar las circunstancias, las personas, los lugares; el carácter de nuestro obrar debe ser irradiar paz, armonía y amor.
Nuestra fe debe transcender la manera en la que vemos la vida. La fe debe llevarnos a tener una óptica diferente. No podemos decir que creemos en Dios y sus enseñanzas, y actuar basados solo en nuestro parecer. Tenemos grandes ejemplos y referentes de vida que nos muestran que sí es posible permanecer en el bien. Una de esas personas es San José, un hombre justo que, pese a las condiciones de su época, siempre obró con justicia y rectitud. No escatimo en hacer la voluntad de Dios y pedir su dirección, no dudo ser ejemplo de santidad para Jesús y María.
Dios es quien nos da la fortaleza para no cansarnos de obrar rectamente. Hoy por hoy, la información que no llega desde diferentes medios tiene mucho tinte amarillista, y aunque nos muestra una cara de la realidad, también nos oculta la otra cara de la moneda, que es el bien. Ese que se le dificulta hacer eco en la sociedad porque se silencia frente al mal que quiere triunfar. Tenemos un gran compromiso desde los distintos roles como hijos, esposos, padres, empresarios. Debemos levantar la voz con nuestro obrar, nuestro testimonio debe decir mucho más que lo que podamos decir con millones de palabras. El mundo necesita hoy de tu gota de agua para que unidos hagamos un océano de bondad.
En la reflexión que presentamos en el video, encuentras tres claves que nos ayudan a obrar siempre el bien. ¡Escúchala!