¿Todos somos tentados?
“Ustedes no han pasado por ninguna prueba que no sea humanamente soportable. Y pueden ustedes confiar en Dios, que no los dejará sufrir pruebas más duras de lo que pueden soportar. Por el contrario, cuando llegue la prueba, Dios les dará también la manera de salir de ella, para que puedan soportarla”. 1 Corintios 10, 13
La experiencia de la tentación no es ajena a nuestra cotidianidad. Todos somos tentados; incluso, el mismo Jesús fue sometido a esta prueba. La tentación busca apartarnos del propósito de Dios en la vida, llevarnos a errar en el camino, distanciarnos de su amor y robarnos la paz.
La tentación es una oportunidad para encarar nuestras limitaciones, reconocer nuestra debilidad y clamar a Dios para hacernos fuertes en su presencia. Pues como lo dice en apóstol San Pablo: “Cuando soy débil, entonces soy fuerte” haciendo alusión a que solo basta la gracia de Dios ante la prueba porque las fuerzas humanas son limitadas.
Jesús afrontó el tiempo de crisis con el conocimiento profundo del Padre. Se refugio en su Palabra, en sus promesas, en su lealtad y justicia. ¿En qué te estás refugiando en los momentos de la prueba? ¿Cuáles voces estás escuchando? ¿Identificas los momentos de tentación? ¿Eres capaz de vencerlos?
Cuando caemos en tentación nace el pecado y erramos el camino. Nos apartamos de los planes de bien y no mal que Dios tiene para cada uno de nosotros. Por eso, siendo conscientes de que estos momentos llegan todos los días a nuestra vida, debemos también tener las herramientas para afrontarlos y salir victoriosos.
Muchos santos han vencido la tentación, ¿por qué no vamos a ser capaces nosotros, con pequeños y constantes pasos de santidad cotidiana, de vencer la tentación de la mano de Dios?
El siguiente programa nos brinda algunas herramientas claras para vencer la tentación. Actívalo e interioriza estas enseñanzas.