María acompaña en la espera
“Los que confían en el Señor, nunca quedan defraudados.” Romanos 10, 11
María es maestra de esperanza; supo confiar toda su vida a Dios. No se dejó abatir por ningún sufrimiento. Ni las carreras, ni los afanes, ni las preocupaciones, ni el deseo de figurar tomaron partida. Ella se enfocó en la misión “altísima” de ser la madre del Salvador, y consciente de que no iba a ser entendida por la sociedad de su tiempo, especialmente por su prometido, José, prefirió seguir adelante confiada en las promesas de Dios.
María tuvo que enfrentar episodios difíciles según nos narra la Sagrada Escritura. Sin embargo, los supo tejer con fe mediante la oración. Ella, guardaba todo en su corazón y estaba convencida de que el sufrimiento que vivía no era comparable con el gozo que iba a albergar.
Por eso, en momentos de frustración y desesperanza podemos clamar a María para que nos acompañe. Ella sabe interceder por cada una de nuestras necesidades y dibujar un futuro lleno de esperanza desde su experiencia. Ella tiene una alta certeza sobre dónde conducirnos: hacia su hijo Jesucristo. Hoy, cuando te preguntas el por qué de lo que estás enfrentando, recuerda que María como madre, esa mamá que escucha y explica, sabrá acoger tu pregunta para entregarla con dulzura en los brazos de Jesús, y de manera especial, sabrá acompañarnos mientras esperamos.
Escucha la reflexión del padre Carlos Yepes en relación con este tema.