Relativiza tu realidad, no la absolutices
El ser humano es cambiante, el tiempo transcurre y los procesos de la vida van avanzando. Muchas realidades no son como las queremos, y vamos recibiendo noticias que, algunas veces, nos paralizan, pues frente a lo que se sale de nuestro control tendemos a crear una muralla de negación, miedo, incapacidad, duda, rabia, depresión, y un sin número de sentimientos que nos llevan a absolutizar la situación.
El camino menos acertado en momentos de confusión es pretender poner punto final a todo y avalar como última palabra lo sucedido. En la vida, solo Dios tiene el control absoluto, y es Él el único capaz de abrir y cerrar puertas. Es su misericordia infinita la que nos permite entender el por qué y para qué ocurren las cosas, y el tiempo dará razón de que todo aquello que absolutizamos tenía múltiples respuestas, salidas, soluciones.
A continuación, dale clic al video para activar la reflexión que nos permite entender cómo podemos sanar cuando comprendemos que lo que está ocurriendo en el hoy de tu historia, «es simplemente una fotografía instantánea, un momento puntual en la gran película de tu vida»
