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Cómo vivir con Esperanza de la mano de María

María es modelo de esperanza

Uno de los desafíos más grandes actualmente es vivir con esperanza en medio de sin sabores, desánimos y situaciones extremas que experimentamos.

Sin embargo, la invitación es que cada día se reviva la esperanza, como la certeza de saber que el sol se renueva todos los días, pues no cesará de ser eternamente nuevo.

María es esperanza

María es maestra de esperanza, ella supo vivir toda su experiencia de fe en clave de espera en Dios. El papa Francisco, en una oración que realizó al finalizar el año 2023, indicó que María siempre vivió en gratitud y esperanza, y añadió que El cristiano, como María, es peregrino de esperanza”.

Transformar de manera positiva los pensamientos que albergan en el interior, levantar la mirada y mantenerla fija en Jesús, y accionar en espíritu y verdad, son mínimas cuotas diarias que podemos hacer para navegar cada día como un gran regalo de Dios.

Somos peregrinos de la esperanza

Y la gran pregunta que surge es ¿cómo vivir con esperanza? A la luz de María Santísima, abordaremos algunas claves:

1). Tener una Misión de vida:

El tener claro hacía donde vas, enfocarte, visualizar un objetivo, meditar y orar al Señor sobre tu misión de vida, te ayudará a transitar con mayor paz los días o temporadas de tormentas.

Dicen que la esperanza es lo último que se pierde, pero en ciertas situaciones es lo primero que perdemos. No vemos salida, no controlamos las emociones y nos encasillamos en ver todo de manera negativa, subjetiva y cerrada.

María tenía claro su papel en el plan de salvación, por eso ante los desafíos y dificultades que enfrentó como el viaje a Belén, el nacimiento de Jesús en condiciones humildes y la huida a Egipto para escapar de Herodes, siempre mantuvo viva la esperanza.

El punto de partida para María era tener claro que, desde la Anunciación, momento en que el ángel le presenta el plan de Dios, ella lo acepta con fe, confianza y determinación, y desde entonces se trazó la meta la salvación y vida eterna, que la mantuvo llena de esperanza.

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2). No absolutizar el presente:

“Todo pasa, todo se muda” solía decir santa Teresita del niño Jesús. Tomar decisiones apresuradas en momentos que crees que todo se ha perdido, te llevará a experimentar un sin sentido más profundo.

Es más, absolutizar tu presente en términos de lo que hoy estás viviendo, es desconocer que hay un Dios que te ha acompañado desde siempre durante toda tu vida y que precisamente el Señor tiene planes de bien y no de mal para ti, a fin de darte un futuro lleno de esperanza.

Lo que hoy estás viviendo hoy es un momento circunstancial de la historia, no es la narración completa de tu vida, es como tratar de juzgar una serie de televisión por un solo capítulo.

María supo relativizar los momentos más difíciles de su vida. Guardaba todo en su corazón, oraba, discernía y seguía adelante. Y esa es la manera en que nosotros debemos enfrentar la vida para que habite en nosotros el regalo de la esperanza.

María supo relativizar todo
3). Aprovechar todo momento para hacer oración:

María ante todo fue la mujer de fe, de oración, de comunión con el Señor que siempre busco seguir los designios divinos.

Hoy María nos invita a confiar, a tener la certeza de recibir lo mejor del Señor.
Recordemos: “Quien en Dios espera, no desespera” y la mejor manera de esperar en Dios es fomentando una relación personal con Él en todo momento.

La oración es uno de los medios más eficaces para hallar respuestas, encontrar la paz, esperar confiado, y vivir con esperanza.

María es la mujer orante

Si bien existen momentos fuertes de oración, la vida cotidiana puede ser una plataforma permanente de oración. Vive cada instante del día a día, agradeciendo, alabando, pidiendo discernimiento y elección de buenas decisiones, haciendo real y transformante la presencia del Señor en tu corazón.

4). Abandonarse en Dios

El papa Francisco reconoce que la vida de María y del cristiano “no es optimismos”, es otra cosa: “es fe en Dios que es fiel a sus promesas (cf. Lc 1,55); y esta fe toma la forma de esperanza en la dimensión del tiempo, podríamos decir en camino».

No es lo mismo resistir la vida con el peso de la fragilidad de la humanidad, que apoyarse en la gracia de Dios, abandonarnos a Él que todo lo puede.

María recibió, por parte de Dios la fuerza para permanecer al pie de la Cruz porque confió hasta el final. Ella respeto el curso del plan de salvación, y se reconoció complemente necesitada de la ayuda celestial para permanecer firme hasta las últimas consecuencias.

En definitiva, María es maestra de esperanza. Ella nos ayuda a transitar el camino de la vida desde la esperanza, sin necesidad de sumirnos en profundas tristezas, desesperaciones y fatigas. Ella sabe que, ante la aparición de sensaciones, emociones y sentimientos negativos, la puerta segura es orar para que el tanque de la esperanza se mantenga firme y en niveles óptimos para poder avanzar.

María, te rogamos para que nos enseñes a vivir inmersos en la esperanza y confiados en la presencia permanente de Dios en nuestra vida.

OREMOS

Virgen de la Esperanza
Oh María, te suplicamos que nos ayudes a reconocer la presencia del Señor y a tener más Fe.
– La Fe, de interpretar la misión, que Dios tiene para nuestra vida y a la que debemos apuntar.
– La Fe, de poder ir por los caminos del Señor.
– La Fe, humilde y confiada de asumir plenamente que Dios tiene todo el poder y gloria y lo debemos respetarlo, amarlo y alabarlo.
– La fe orante que se alimenta cada día y nos fortalece frente a las diversas circunstancias de la vida
– La Fe de reconocer que no hay imposibles para el que trabaja por Cristo y con Él.
– La Fe de saber que nada es comparable al Amor divino de Dios
– La Fe para liberarnos de nuestros pecados y aspirar a la salvación pese a nuestras miserias y derrotas
– La Fe de entender que todos los hombres pueden convertirse a Dios

Santa María Madre de Dios, Maestra de Fe, ¡Bienaventurada Tú que has creído!,
Enséñanos a creer y esperar más en Dios
¡Virgen Santísima fortalécenos en el camino de la Fe!

 

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